Dos pastores protestantes de una iglesia de las Tres Autonomías controlada por el gobierno en la provincia de Cantón, fueron arrestados por recibir publicaciones religiosas por correo.
por Lin Yijiang
En la mañana del 23 de enero de 2018, oficiales de policía de la ciudad de Dongguan arribaron a la casa de Xia Lian y su esposo —ambos, pastores protestantes— afirmando que necesitaban hablar con ellos, llevándose a la pareja a una estación local de policía. Después de confiscar el teléfono celular de Xia Lian, la policía la amarró a un banco del tigre (un aparato de tortura) y repetidamente la cuestionó sobre los libros religiosos que recientemente recibió provenientes de Pekín, afirmando que era ilegal tener textos religiosos. Los oficiales de policía declararon que los libros se los envió “una organización extranjera antichina, China Aid Network”. Después de que el interrogatorio resultó infructuoso, Xia Lian fue escoltada de regreso a su casa, en donde se realizó un cateo; se confiscaron más de 20 cajas con libros religiosos.
La pareja fue liberada después de que miembros de su iglesia que tenían contactos intervinieron; siguieron siendo monitoreados de cerca por parte de la policía.
Ya que las nuevas Regulaciones sobre Asuntos Religiosos entraron en vigor en este mes de febrero, las autoridades del Partido Comunista de China (PCCh) emitieron múltiples documentos para asegurar un control estricto sobre los libros religiosos. En marzo de 2018, el PCCh prohibió por completo las ventas en línea de la Biblia.
Recientemente, Bitter Winter recibió una copia de un documento titulado “Plan de implementación municipal de Shenyang para la acción concentrada para combatir las publicaciones religiosas ilegales, materiales impresos e información dañina”. El documento, emitido por el Grupo Municipal de Trabajo de Shenyang en Contra de la Pornografía y las Publicaciones Ilegales, exige la confiscación y decomiso de todos los libros y publicaciones religiosas que estén en manos de cristianos. Todos los libros y materiales cristianos que se reciban por correo deben destruirse, y la venta de textos religiosos en todos los lugares públicos debe prohibirse; los negocios que no cuenten con licencia por parte del Estado para imprimir materiales religiosos deben ser castigados. Las prohibiciones hacen que sea extremadamente difícil, e incluso peligroso, que los creyentes consigan libros sobre religión en China.