Dos pastores de una Iglesia doméstica fueron aprehendidos mientras predicaban en Sinkiang. Una colega intentó liberarlos, pero terminó detenida y torturada.
En diciembre de 2017, dos pastores de una Iglesia doméstica de la ciudad de Songyuan, Jilin, fueron detenidos mientras predicaban en el condado de Huocheng, Prefectura autónoma Kazaja de Ilí en Sinkiang. Una pastora de su Iglesia fue a la comisaría de la policía local para negociar su liberación, pero terminó siendo aprehendida, detenida durante diez días y cruelmente torturada.
Según declaraciones de los testigos, cuando los dos pastores fueron detenidos, la pastora Li Ya (seudónimo) se dirigió rápidamente a la comisaría de policía del condado de Huocheng con la esperanza de conseguir que los liberaran, pero la policía no sólo se negó a liberar a los pastores, sino que detuvo a Li Ya. Durante los interrogatorios, la policía le preguntó a Li Ya por los líderes y miembros de su Iglesia repetidas veces y también quería saber quién la había enviado. Como Li Ya se negó a responder, los agentes usaron una toalla para amordazarla, mantuvieron sus ojos abiertos por la fuerza y le rociaron gas pimienta sobre ellos. Li Ya siguió negándose a dar información sobre la Iglesia y los oficiales decidieron sentarla en un banco de tigre durante aproximadamente media hora (un dispositivo de tortura en el que se atan las piernas al banco mientras se van colocando ladrillos u otros materiales duros bajo las piernas), haciendo que experimentara un dolor insoportable. La policía también golpeó a Li Ya en la parte interna de los muslos con bastones eléctricos, lo que hizo que se desmayara varias veces por el dolor.
El interrogatorio no tuvo éxito y, tras diez días de detención, la policía liberó a Li Ya y a los otros dos pastores. La tortura tuvo serias consecuencias para la salud de Li Ya: sufre escozor y dolor en la parte interna de sus muslos con frecuencia y tiene que rascarse continuamente, lo que le causa gran irritación a diario.
Informado por Li Zaili