Desde el mes de septiembre, el Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD, por sus siglas en inglés) lanzó su primer programa de supervisión a nivel nacional iniciado por el Comité Central del Partido Comunista Chino para verificar la implementación de políticas religiosas en provincias y municipios de todo el país.
Los documentos y las grabaciones de audio de las reuniones a las que tuvo acceso Bitter Winter confirman que nunca antes había sido implementada en China una supervisión nacional de programas antirreligiosos a tal escala.
Uno de los documentos procedentes de la provincia norcentral de Gansu expone lo siguiente: «Por primera vez en la historia de China, el Comité Central del partido decide realizar una supervisión a nivel nacional relacionada con el trabajo religioso con el objetivo de examinar y medir de qué manera las políticas y los acuerdos del Gobierno central son promovidos y puestos en práctica a través de este trabajo de supervisión de alto grado, generalizado y exhaustivo”. Se ha utilizado una redacción similar en documentos oficiales procedentes de otras provincias.
El programa consta de dos etapas. Durante la primera, llamada «autoinspección y corrección», se les ordenó a las autoridades provinciales y municipales evaluar las medidas antirreligiosas que están siendo implementadas bajo su jurisdicción y enviar informes de retroalimentación al UFWD.
La segunda etapa fue puesta en marcha el 25 de octubre, cuando se enviaron equipos de funcionarios del Gobierno central por todo el país para examinar los resultados de la «autoinspección» e identificar las cuestiones que necesiten ser modificadas, a fin de implementarlas en futuras políticas religiosas.
Por ejemplo, las autoridades de una ciudad situada en la provincia central de Henán han identificado una lista de medidas antirreligiosas que deben ser mejoradas, tales como la propaganda en línea, la promoción del clero «patriótico», la represión contra la Iglesia católica clandestina y los sitios religiosos surcoreanos, y la prevención del evangelismo en escuelas y universidades, entre otros temas.
En otras provincias y municipios se han identificado otras áreas problemáticas, tales como el control sobre las finanzas de los sitios religiosos, entre los que se incluyen las Iglesias aprobadas por el Gobierno y la eliminación de creencias religiosas entre los miembros del Partido Comunista.
Para la primera etapa de «autoinspección», en el mes de septiembre, las autoridades de la provincia oriental de Shandong convocaron a los funcionarios locales a realizar una videoconferencia. Durante la reunión, se reiteró que, tomando en cuenta la gran cantidad de creyentes existentes en China, «los asuntos religiosos son, inevitablemente, asuntos políticos». También se enfatizó que la religión no es simplemente una cuestión de creencia personal, sino que “tiene relación con el aspecto fundamental de a quién uno escucha, cree y sigue».
Durante la reunión, los funcionarios enfatizaron repetidamente el tema de la confidencialidad de la campaña a fin de evitar cualquier tipo de «opinión pública desfavorable con respecto al Gobierno». Para garantizar dicha cuestión, «no se enviarán documentos ni notificaciones a las comunidades religiosas, ni se organizarán reuniones» con ellos para evitar respuestas negativas. Se le prohibió al personal gubernamental discutir tales temas libremente entre ellos o realizar investigaciones relacionadas con la campaña en lugares públicos. Se hizo mucho hincapié en la prevención de fugas de información en el extranjero, las cuales podrían provocar que la comunidad internacional critique las políticas religiosas de China.
Para garantizar la confidencialidad de las inspecciones, a los funcionarios del Gobierno central no se les permite aceptar informes procedentes de personas comunes sobre la conducta indebida o las violaciones cometidas por funcionarios locales.
“Este trabajo se ocupa del panorama general, el mismo involucra a toda la nación. Debemos evitar que surjan problemas como consecuencia de que el trabajo mismo no sea realizado meticulosamente”, afirmó un funcionario del Gobierno local.
Las instrucciones enviadas a los equipos de inspección de Henán reiteran el requisito de confidencialidad: «Ser ‘intensos internamente y relajados afuera’ y ‘simplemente hacer, sin decir nada’; no enviar notificaciones de inspección y supervisión a la comunidad religiosa, no brindar información sobre el progreso del trabajo de inspección y supervisión, y no aceptar entrevistas con los medios de comunicación».
Según un documento interno del PCCh, a partir de enero de 2019, las autoridades centrales de inspección se centrarán en la implementación de tareas de «rectificación» basadas en los resultados obtenidos este año. Como consecuencia de ello, es probable que surja una nueva ronda de persecución religiosa.
Información de Jiang Tao