En una entrevista exclusiva, una maestra en Sinkiang habla sobre la vida como personal de cuadro del gobierno en el programa «estancia en el hogar».
por Li Zaili
Como Bitter Winter informó anteriormente, desde comienzos de este año se está implementando un programa masivo de «estancia en el hogar» en Sinkiang, con más de un millón de cuadros comunistas enviados a vivir en los hogares de las familias uigures a fin de mantenerlas vigilados e informar sobre ellas.
A fines de abril, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó un nuevo programa, traducido como «dos coberturas completas», en Sinkiang. Esto implica la vigilancia no solo de civiles comunes, sino también de los cuadros y empleados del PCCh. El objetivo de este programa es «fortalecer los lazos emocionales entre las masas y mejorar el sentido de bienestar y seguridad de los grupos étnicos».
Excepto que en la vida real, no es tan agradable como parece. Una maestra de la prefectura Tacheng de Sinkiang, la Sra. Li, habló con Bitter Winter sobre sus experiencias como personal de cuadro del gobierno.
Sra. Li: Antes del Festival de Primavera de este año recibimos un aviso urgente del gobierno. Requería que los cuadros y empleados de todas las empresas e instituciones se mudaran con las familias de los agricultores y pastores para implementar el programa «dos coberturas completas».
Bitter Winter: ¿Qué implica el trabajo?
Sra. Li: A primera vista, el gobierno llama a esto una política de «Cuatro reunidos y tres enviados». Esto significa que comemos, vivimos, trabajamos y estudiamos juntos mientras transmitimos políticas, leyes y amabilidad. Sin embargo, en realidad se trata de llevar a cabo una vigilancia a fondo de la familia con la que nos mudamos. Quieren saber si alguien en la familia posee un pasaporte extranjero, su posición ideológica, su oposición o apoyo al PCCh, si alguna vez han sido detenidos por alguna razón y demás. Toda la información recopilada debe transmitirse inmediatamente y el informe debe contener al menos 1500 caracteres chinos. Al mismo tiempo, también estamos obligados a hacer propaganda del PCCh. Además, los profesores Han a menudo son colocados en hogares étnicos, donde se enfrentan con barreras lingüísticas considerables. Pero al gobierno le preocupan poco las dificultades logísticas en tales casos y nos exige que hagamos lo que nos ordenan.
Bitter Winter: ¿Qué hace el PCCh con los informes presentados por los cuadros?
Sra. Li: El gobierno toma decisiones basándose en la información. Los hogares se agrupan en categorías tales como: «hogares peligrosos», «hogares focales», «hogares preocupantes», «hogares generales» y «hogares seguros». En los primeros tres, se hace mayor hincapié en investigación y vigilancia.
Bitter Winter: ¿Cómo supervisa el gobierno su trabajo?
Sra. Li: El gobierno envía grupos de investigación para realizar revisiones sobre el personal de cuadro en los hogares donde se supone que deben quedarse. A las familias se les pregunta cómo éstos han estado haciendo su trabajo y sobre su comportamiento general mientras están en la casa. En ocasiones, estos grupos realizarán visitas nocturnas para verificar si estamos viviendo con la familia o no. El PCCh verifica varios pequeños detalles como la hora en que comimos nuestra comida o lo que comimos, tanto con la familia como con nosotros. También estamos siendo monitoreados a través de nuestros teléfonos celulares.
Bitter Winter: Cuéntenos más sobre las dificultades que enfrenta al hacer el trabajo.
Sra. Li: Bueno, en primer lugar, tenemos que hacernos cargo de nuestras propias familias, que es algo que al PCCh parece no importarle. En segundo lugar, es difícil mudarse a la casa de un extraño e investigarlo tan profundamente. Pero el gobierno no nos deja otra opción y tenemos que hacerlo por miedo a ser degradados o despedidos de nuestros trabajos. Las escuelas ya no son un lugar de aprendizaje. Todos los días, tenemos que llevar a cabo reuniones y diversas actividades para «forjar vínculos familiares». A veces, incluso tenemos que hacer guardia para «mantener la estabilidad social» y proporcionar «asesoramiento psicológico» y reeducación a los hijos de detenidos políticos. Todos viven bajo una enorme presión y estrés. No podemos darnos el lujo de cometer el más mínimo error porque el riesgo de ser detenidos siempre está presente.
Según la Sra. Li, unas semanas antes de la implementación de este programa, se había convocado una reunión de emergencia en Tacheng para discutir las comunicaciones de los cuadros y los civiles con fuentes externas. Se preguntó a las personas si sus creencias fueron reprimidas, su apoyo al PCCh y más temas así de delicados. Esto puso a las autoridades en sobremarcha y se emitieron advertencias severas contra tales comunicaciones, ya sea por teléfono, correo electrónico o una aplicación. Cualquiera que sea encontrado ignorando las advertencias corre el riesgo de enfrentar una detención política y un severo castigo legal.