Temerosos de la humillación pública y de perder sus empleos, los empleados gubernamentales y los miembros del Partido pasan arduas horas acumulando puntos en la aplicación Xuexi Qiangguo.
por Ye Jiajia
Desde su lanzamiento a principios de 2019, la aplicación Xuexi Qiangguo (Estudio de Xi, Nación Fuerte) ha sido ampliamente promovida en todos los sectores de la sociedad china. Para los miembros del Partido Comunista Chino (PCCh), estudiar el pensamiento de Xi Jinping sobre socialismo con características chinas, una teoría política que el presidente lanzó tras acceder al poder, se ha convertido en una tarea política que debe ser completada a toda costa.
A pesar de que las reglas de puntuación de la aplicación han sido optimizadas y mejoradas, eliminando las características originales de acumular puntos de clasificación y «horas felices» para duplicarlos, numerosas instituciones estatales continúan clasificando a sus empleados y los obligan a utilizar la aplicación a diario con fines de «supervisión y evaluación del trabajo”. Temerosos de ser reprendidos o criticados públicamente, los mismos deben aprovechar cada minuto para «estudiar a Xi» a fin de cumplir con los requisitos del Partido y conservar sus puestos de trabajo.
Un miembro del Partido muere mientras «estudia a Xi»
Un día de abril de este año, un miembro del Partido de casi 60 años, procedente de la provincia oriental de Shandong, estaba respondiendo preguntas en la aplicación cuando de repente se desplomó y falleció. Esparcidos a su alrededor había dos teléfonos inteligentes y varias hojas de papel que había estado utilizando para tomar notas.
Según una fuente cercana a su familia, el hombre fallecido había mantenido un horario regular y un patrón de trabajo y descanso durante la mayor parte de su vida, e incluso se tomaba tiempo para hacer ejercicio a diario. Pero su vida se vio perturbada en el mes de enero cuando se le exigió que descargara y comenzara a utilizar la aplicación Xuexi Qiangguo.
“Todos los días se levantaba a las 5 de la mañana para estudiar y responder preguntas. Posteriormente, iba a trabajar. Luego de regresar a su hogar por la noche, debía seguir estudiando y respondiendo preguntas. A veces respondía preguntas o escuchaba los discursos de Xi Jinping hasta las 11 de la noche”, afirmó la fuente. “No solo respondía preguntas para sí mismo, sino que también lo hacía para otro miembro del Partido que no sabía cómo utilizar un teléfono inteligente. El mismo se turnaba para utilizar dos teléfonos móviles y así trabajar en la aplicación todos los días. Los estudios fueron muy intensos y no pudo soportarlo físicamente».
El director de una aldea afirmó: Xuexi Qiangguo se ha transformado en la segunda Revolución Cultural
En la ciudad de Weifang de la provincia de Shandong, un miembro del Partido le reveló a Bitter Winter que también ayuda a otros a responder preguntas en la aplicación –en su caso, tres camaradas– además de hacer todo lo que esté a su alcance para mantenerse al día con sus tareas y mantener el puntaje. Como consecuencia de ello, todas las noches se va a dormir después de las 2 de la madrugada.
“Quedarse despierto hasta tarde todas las noches es agotador, pero esta es una tarea política y todos tienen que completarla. Si no respondo las preguntas por ellos, no podrán completar sus tareas y serán criticados. En la actualidad, la pertenencia al Partido se utiliza para castigar y manejar a las personas y hacerlas estudiar a Xi. Si no obedeces, podrían enviarte a casa y perderías todo. El Partido Comunista no debe ofenderse», afirmó el miembro del Partido.
El director de una aldea de un condado bajo la jurisdicción de la ciudad de Heze de la provincia de Shandong sufre de hipertensión arterial y se enferma con frecuencia debido a esta condición. Independientemente de ello, continúa estudiando el pensamiento de Xi incluso mientras recibe una infusión intravenosa. Para evitar estar al final de la clasificación y ser multado, otro director de aldea no solo utiliza dos teléfonos móviles para estudiar, sino que incluso ha contratado a varios aldeanos para que lo ayuden a acumular más puntos. El mismo ofrece 30 yuanes (aproximadamente 4,30 dólares) por cada 500 puntos.
“Tuve que gastar mi propio dinero para contratar a estas personas para que me ayuden a acumular puntos, de lo contrario, sería reprendido», afirmó el director de la aldea con impotencia. “Todos los días, seis personas con el puntaje más bajo recibirán una multa de 100 yuanes [aproximadamente 14,2 dólares]. Para decirlo sin rodeos, ¡Xuexi Qiangguo se ha transformado en la segunda Revolución Cultural!».
La gente se arrepiente de haberse unido al Partido Comunista
Algunas empresas e instituciones emplazadas en las ciudades de Ji’nan y Liaocheng de Shandong también han implementado un sistema de recompensas y castigos que debería «motivar» a los empleados a estudiar el pensamiento de Xi. Los que posean un puntaje alto serán elogiados y recibirán recompensas materiales, mientras que los que posean un puntaje bajo serán criticados públicamente y se les reducirán sus salarios. Aquellos que no sean proactivos en «estudiar a Xi» podrían ser obligados a redactar un ensayo de autocrítica, de entre 800 y 2000 caracteres chinos de longitud, amonestándose por tener una «ideología problemática» y ser «antipatrióticos».
Muchas personas se sienten descontentas con la naturaleza forzada de los estudios. «Estudiar los discursos de Xi Jinping a diario nos quita mucho tiempo. Es lo mismo que estudiar las citas de Mao Zedong durante la Revolución Cultural. En pocas palabras, los pensamientos de las personas están siendo restringidos. Si no estudias, el líder de tu lugar de trabajo hará circular una notificación criticándote. Esto ha tenido un gran impacto en mi vida y en mi trabajo. ¡Es como si mis pensamientos estuvieran siendo controlados!», se quejó un empleado procedente de la ciudad de Weifang.
Un maestro procedente de Shandong comentó que aquellos que nunca han sido obligados a utilizar la aplicación no entenderán el sufrimiento que implica. “Realmente lamento haberme unido al Partido Comunista, quiero dejarlo, pero no puedo. Los que se van son sancionados. Se trata de un cable político de alta presión que nadie se atreve a tocar. No tengo más remedio que soportarlo”.