Una nueva película relata la historia de una devota que se unió a la Iglesia de Dios Todopoderoso en sus inicios y, debido a ello, ha sido perseguida, detenida y torturada desde entonces.
Por Massimo Introvigne
Una niña de 13 años es arrestada durante una reunión religiosa celebrada en China. La misma pasa dos días sola en una habitación oscura y deteriorada, con ratas como únicas compañeras. Su familia paga una multa, la cual queda en manos de la policía, y luego de ello se le permite regresar a su hogar. Así es como comienza Marcada a fuego, producida por la Iglesia de Dios Todopoderoso. También es la forma en la que Li Chenxi ingresa a una vida de arrestos consecutivos. Una vida en fuga, donde la tortura más espantosa se convierte en rutina.
Li Chenxi no es su verdadero nombre, pero la película está basada en una historia real. Por un lado, es la historia de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Li Chenxi se encuentra entre los primeros creyentes que en el año 1991 recibieron y aceptaron los mensajes pronunciados por una hermana del movimiento de iglesias domésticas como provenientes del Espíritu Santo, y luego se dieron cuenta de que esta hermana era Cristo, el cual había regresado a la tierra como Dios Todopoderoso encarnado (una historia que relaté en mi propio libro titulado Explorando la Iglesia de Dios Todopoderoso, publicado en el año 2019 por Editorial Comares).
Es una historia de júbilo, dolor y persecución. Luego de Tiananmén, el Partido Comunista Chino (PCCh) decidió reprimir toda religión que no estuviera autorizada y las iglesias domésticas cristianas en general, pero la Iglesia de Dios Todopoderoso fue rápidamente señalada como particularmente peligrosa debido a su rápido y espectacular crecimiento. La misma fue catalogada como xie jiao, término que los subtítulos en inglés de la película traducen como «secta». La traducción es utilizada por el propio PCCh en sus publicaciones en inglés, pero es bastante inexacta, ya que el término xie jiao ha sido utilizado desde finales de la dinastía Ming para designar a las “enseñanzas heterodoxas” prohibidas por el Gobierno.
La película sigue a Li Chenxi mientras difunde el evangelio de Dios Todopoderoso, al mismo tiempo que su propia experiencia espiritual se va profundizando. La misma es repetidamente arrestada y sus padres, quienes también habían aceptado la fe de Dios Todopoderoso, también son detenidos y maltratados. Mientras Li huye, la policía los acosa e intimida repetidamente en su hogar y les dice que su hija está muerta, lo que le provoca a su madre un colapso nervioso del cual nunca se recuperará.
A los 17 años, Li Chenxi es arrestada por la policía por distribuir libros con la palabra de Dios Todopoderoso entre hermanos y hermanas de la Iglesia, y luego es obligada a desfilar por las calles como si fuera una criminal, junto con asesinos y estafadores. La misma es nuevamente arrestada a los 37 años e ingresa en un infernal sistema donde la tortura es moneda corriente y es insultada y abusada tanto por los guardias carcelarios como por sus compañeras de prisión. Aun así, no pierde su fe. Al final de la película, la vemos, liberada bajo fianza a causa de una grave enfermedad cardíaca en el año 2013 y mantenida bajo vigilancia, para finalmente embarcarse nuevamente en el camino de la fuga.
Tal y como mencioné en un estudio anterior, la Iglesia de Dios Todopoderoso se ha vuelto hábil en la producción de películas de calidad profesional, las cuales se basan tanto en su experiencia religiosa como en el enfoque de los creyentes sobre el arte y la belleza. Marcada a fuego es un ejemplo más; uno que captura vívidamente la realidad de la persecución religiosa imperante en China.
Tal y como Michael Walsh argumentó en su reciente libro titulado Stating the Sacred: Religion, China, and the Formation of the Nation-State (Nueva York: Columbia University Press, 2020), el Estado comunista chino no está menos «sacralizado» que su predecesor imperial. La única religión que el PCCh realmente tolera es el culto al propio PCCh.
En la película, Li Chenxi sigue preguntando por qué el PCCh la persigue, ya que no ha cometido ningún crimen excepto el de creer en Dios Todopoderoso. Desde el punto de vista del PCCh, creer en Dios Todopoderoso es precisamente el crimen. Los nuevos movimientos religiosos dinámicos y exitosos, tales como la Iglesia de Dios Todopoderoso, ofrecen una alternativa creíble a la divinización del Estado y del PCCh; y eso es algo que los regímenes totalitarios nunca toleran.