Un grupo de seis predicadores viajó a Sinkiang y fueron arrestados por la policía. Además, sufrieron brutales torturas físicas mientras se encontraban detenidos.
por Li Zaili
El 22 de abril, Ma Qiang (seudónimo) y otras cinco personas pertenecientes a una iglesia protestante de las Tres Autonomías, sancionada por el gobierno, en Qinghai, viajaron a la ciudad de Ürümqi, en Sinkiang, para predicar el evangelio. El grupo se estaba hospedando en el hogar de un creyente local. A la mañana siguiente, policías empuñando armas de fuego y bastones se presentaron en la casa. Afirmaron que habían recibido un informe anónimo sobre los predicadores.
Más tarde, los predicadores fueron escoltados al subdepartamento local de seguridad pública y fueron acusados de realizar actividades misioneras ilegales y participar en un xie jiao. El término se refiere a enseñanzas heterodoxas en China, las cuales son punibles según lo estipulado en el artículo 300 del Código Penal Chino.
En el departamento, la policía confiscó las mochilas del grupo y halló ocho copias de Biblias y una caja de folletos evangelizadores. Las seis personas también fueron cacheadas, antes de ser detenidas oficialmente.
Horas más tarde, una predicadora comenzó a cantar himnos, a los que fue abofeteada por un oficial de policía. Cuando el Sr. Ma trató de intervenir, también fue golpeado. Fue derribado al piso y pateado por todo su cuerpo. Un oficial de policía agarró su cabeza y la estrelló contra el suelo. Dicha acción le provocó hemorragias y moretones en su cabeza. Fue golpeado durante diez minutos y la golpiza lo dejó incapaz de ponerse de pie y le causó inflamación en todo el cuerpo.
Por la noche, todos los predicadores fueron encerrados en habitaciones separadas. El Sr. Ma, que ya se encontraba en mal estado, fue esposado por sus manos a un taburete detrás de su espalda, y no pudo agacharse ni ponerse de pie. Sus heridas continuaron sangrando. Finalmente, alrededor de la medianoche, cuando los policías entraron en pánico al pensar que podría morir mientras estuviera detenido, lo enviaron a un hospital para recibir atención médica.
Se cree que otros predicadores también fueron golpeados en diversos grados y se vieron obligados a firmar declaraciones de «arrepentimiento». Temprano en la mañana del día siguiente, la policía transfirió a los seis al Primer Centro de Detención de la ciudad de Ürümqi debido a los cargos por los que fueron arrestados. Fueron liberados aproximadamente a los 15 días. El Sr. Ma aún no se había recuperado de las palizas y no podía caminar sin ayuda.