En medio de las crecientes tensiones con democracias occidentales, el régimen de China incita el sentimiento nacionalista entre los residentes y reprime a las religiones por considerarlas «agentes extranjeros».
por Wang Yong
En la propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh), el protestantismo y el catolicismo han sido catalogados como herramientas utilizadas por los «imperialistas para invadir China». En medio de la guerra comercial con Estados Unidos, las protestas a favor de la democracia en Hong Kong y el brote de coronavirus, los portavoces del Gobierno continuaron despertando sentimientos nacionalistas entre la población, con la intención de aumentar el odio hacia las democracias occidentales. Las autoridades también emitieron nuevas directrices para reprimir la «infiltración religiosa extranjera», dirigidas específicamente a los lugares de culto afiliados a Estados Unidos.
En el mes de marzo, el Gobierno de Tongjia, un poblado administrado por la ciudad de Yingtan en la provincia suroriental de Jiangxi, exigió clausurar una iglesia católica sancionada por el Estado y convertirla en un lugar de entretenimiento.
«Debido al empeoramiento de las relaciones con Estados Unidos, las iglesias católicas deben ser reconvertidas en lugares de entretenimiento», explicaron funcionarios del Gobierno local. «Los católicos deben ser reprimidos porque están vinculados a Estados Unidos y apoyan los disturbios de Hong Kong». El 10 de mayo se celebró el primer evento para residentes en la antigua iglesia.
En el mes de mayo, utilizando el pretexto de inspeccionar la salud de los residentes, miembros del personal gubernamental visitaron los hogares de los cristianos del condado de Yugan, administrado por la ciudad de Jiangxi de Shangrao, y destrozaron imágenes religiosas, símbolos y dísticos cristianos. Un feligrés procedente del municipio de Daxi del condado le dijo a Bitter Winter que al menos 40 creyentes de su aldea fueron hostigados.
«Durante dichas visitas, funcionarios de la aldea y del condado nos dijeron que no se nos permite creer en el Dios de los extranjeros, y que todas las cosas vinculadas con la religión procedentes de Estados Unidos están prohibidas en China», afirmó un creyente local.
«Nos dijeron que seguimos al Dios de los estadounidenses, a pesar de que Estados Unidos está en contra de China», añadió otro creyente.
«Desde que China entró en conflicto con EE. UU., los altos mandos nos presionan para que convenzamos a los lugareños de no creer en el mismo Dios que los estadounidenses», le dijo un funcionario del Gobierno local a Bitter Winter. «No tenemos otra opción que acatar las órdenes».
El 10 de mayo, el Gobierno del condado ordenó reconvertir una iglesia protestante, cuya construcción se detuvo debido a la persecución religiosa llevada a cabo por el Estado, alegando que sus ventanas eran de «estilo americano». Los funcionarios incluso amenazaron con demoler la iglesia a menos que las ventanas fueran removidas al día siguiente.
El pastor de una iglesia doméstica local cree que los protestantes de China están condenados a experimentar una represión más dura que la que padecieron los llamados «contrarrevolucionarios» durante la Guerra de Corea en la década de 1950, cuando China intervino para apoyar a Corea del Norte contra Estados Unidos. «En medio de la guerra, a fin de garantizar la estabilidad política, el PCCh puso en marcha una campaña nacional tendiente a reprimir a los contrarrevolucionarios, haciendo todo lo posible para eliminar los ‘remanentes imperialistas’», explicó el pastor. «Los protestantes fueron el blanco de la rectificación, y muchos pastores conocidos fueron reprimidos bajo cargos ‘proimperialistas’. Actualmente está sucediendo lo mismo. Las tensiones entre China y Occidente inevitablemente darán lugar a que el PCCh endurezca aún más sus políticas religiosas. El mismo ya utiliza esta excusa para reprimir a los protestantes y a los católicos».