En un estilo que recuerda la era de la Revolución Cultural, las autoridades locales sentenciaron recientemente a 16 uigures en un juicio público.
Durante la tristemente famosa Revolución Cultural de China, eran comunes las reuniones para llevar a cabo juicios públicos. En estos juicios, las personas que eran consideradas por el Partido Comunista como infractoras de cualquier tipo eran sometidas a la crítica y la humillación públicas (pīdòu) a la vista de todos.
Entre estas personas se encontraban empresarios, intelectuales y creyentes religiosos. Este método se consideraba efectivo ya que simultáneamente castigaba a los delincuentes e infundía miedo en la mente de las masas.
El 27 de agosto, un juicio público de 16 uigures al estilo de la Revolución Cultural se llevó a cabo en una villa en el condado de Huocheng, en la ciudad de Yining. De acuerdo con los informes, fue el segundo juicio de ese tipo en el área en ese mes.
El sitio donde se llevó a cabo el juicio se encontraba fuertemente resguardado. Policías armados fueron apostados cada cinco o seis metros. Otros oficiales patrullaban las áreas circundantes.
Más de 500 habitantes de la villa, la mayoría de los cuales eran musulmanes, fueron forzados a asistir. Varios de ellos confirmaron que fueron amenazados por funcionarios del gobierno para participar y estaban en riesgo de enfrentar consecuencias si desobedecían.
Al entrar al lugar, cada habitante de la villa tenía que registrar su credencial de identificación y pasar por un proceso de registro corporal. No se les permitía ingresar con su teléfono celular.
A las 6:30 p.m. de ese día, un camión grande con 16 uigures a bordo llegó al lugar. Todos ellos tenían aproximadamente 30 años de edad y ninguno era residente local. La policía los escoltó al escenario donde se llevaría a cabo el juicio público y este duró más de dos horas.
El juicio se llevó a cabo en idioma uigur, por lo cual los habitantes han y hui de la villa tuvieron dificultades para comprender los procedimientos. No obstante, a los habitantes de la villa se les prohibió hablar o formular objeciones durante el juicio.
De acuerdo con las fuentes, la mayoría de quienes fueron sometidos a juicio fueron declarados culpables de “reunir una multitud para incitar una revuelta” porque habían reenviado contenido religioso islámico con su teléfono celular.
Muchos otros uigures han sido detenidos también. Una mujer de unos 50 años de edad casi se desmayó del impacto cuando todos sus hijos fueron arrestados. No obstante, aun así ella debe obedecer, y ahora todas las tardes tiene que participar en clases de “transformación”.
Información de Li Zaili