Durante la epidemia, mientras permanecen en sus hogares, los estudiantes chinos son sometidos a ideología roja y a educación antirreligiosa.
por Lin Feng
El sueño de China es un concepto acuñado por Xi Jinping tras tomar posesión de su cargo, destinado a lograr «el gran rejuvenecimiento de la nación china». Lo que significa que el Partido Comunista Chino (PCCh) fortalece su control sobre la ideología, lo cual se ve principalmente reflejado en la educación patriótica (en realidad, la educación en el amor hacia el Partido), la propaganda y las diatribas contra la cultura occidental (incluidos sus aspectos religiosos).
La ideología no se encuentra bloqueada
«Actualmente, la situación epidémica está empeorando día a día», le dijo a Bitter Winter un estudiante universitario procedente de la provincia suroriental de Jiangxi. “La gente común carece de medidas de protección y sus vidas no están aseguradas. No obstante, el PCCh no se olvida de controlar los pensamientos de los estudiantes, adoctrinándolos forzosamente con la cultura roja a través de clases en línea. ¿No sería mejor estudiar algunos conocimientos prácticos sobre prevención de epidemias? El PCCh siempre se ha preocupado solo por su poder político”, afirmó el joven.
El 18 de marzo de 2019, Xi Jinping pronunció un discurso en el Simposio sobre teoría ideológica y política para maestros en el que exigía que las escuelas se convirtieran en bases de capacitación para los «descendientes rojos». Como un paso importante en la realización del sueño de China, a los jardines de infantes, a las escuelas primarias y secundarias, y a las facultades y universidades se les exigió impartir continuamente la educación ideológica comunista.
“Tenemos tres o cuatro clases ideológicas y políticas por semana, entre las que se incluyen las políticas y noticias actuales. Si no aprobamos el examen de este curso, perderemos la oportunidad de tomar el examen de ingreso a la universidad. No me gusta estudiar esto”, afirmó una estudiante de primer año de secundaria procedente del condado de Lanling en la ciudad a nivel de prefectura de Linyi de la provincia oriental de Shandong. La misma añadió que, desde febrero, en medio de la pandemia, los estudiantes se ven obligados a asistir a clases ideológicas y políticas en línea.
La estudiante en cuestión también le dijo a Bitter Winter que la profesora de una de sus amigas, la cual estudia en otra escuela secundaria, les asignó como tarea a los estudiantes ver películas bélicas de propaganda tales como «El surgimiento de las grandes potencias», una serie documental china para televisión compuesta por 12 capítulos y producida por la Televisión Central de China. También se les exigió que escribieran lo que aprendieron tras ver las películas y se les dijo que los que no cumplieran serían castigados.
Los medios de comunicación estatales afirmaron que, para poner en práctica la declaración de Xi Jinping de que «son los maestros y el Partido los que desempeñan papeles clave» en lo referente a la gestión de las clases ideológicas y políticas, las escuelas les piden a los propios maestros que estudien la ideología comunista en medio de la pandemia. Los mismos se convierten así en «maestros de adoctrinamiento», listos para adoctrinar a los estudiantes con ideología roja.
«El Partido Comunista ha perjudicado a los maestros ya que no les deja tiempo libre para cumplir con sus deberes», se quejó ante Bitter Winter el director de una escuela primaria procedente de la provincia noroccidental de Gansu. “Hoy nos exigen estudiar ‘No te olvides de la intención original; mantén la misión en tu mente’ y mañana nos pedirán que efectuemos una ‘autorreflexión’. Estamos ocupados efectuando diversos informes y llenando formularios de evaluación política durante dos tercios de cada día, y no tenemos tiempo para atender las necesidades de nuestros estudiantes”.
Los estudiantes son continuamente obligados a leer libros marxistas
Desde el 18.º Congreso del Pueblo, el presidente Xi Jinping repetidamente ha hecho hincapié en la «confianza cultural», creyendo firmemente que la misma es una importante herramienta para el avance del sueño de China. A fin de promover la crítica contra la cultura occidental, Xi Jinping les dijo a los jóvenes que debían amar la tradición autocrática de China y mostrarse hostiles con respecto a la democracia occidental. Por lo tanto, los libros sobre cultura china «tradicional», tal y como son interpretados por Xi Jinping, y la educación revolucionaria se han convertido en lecturas obligatorias para los estudiantes.
El padre de un estudiante de secundaria procedente de la provincia oriental de Shandong le dijo a Bitter Winter que, en el mes de enero, la escuela les había pedido a los padres que cooperaran en el esfuerzo de adoctrinamiento. Con el fin de fortalecer la confianza cultural de los jóvenes, se les pidió a los padres que acompañaran a sus hijos en la lectura de La larga marcha, Crónicas de Baiyangdian, Huellas en el bosque nevado y más de diez otros libros comunistas que elogian la historia del PCCh. Tras leer los libros, los jóvenes deben escribir a mano un extracto de 300 caracteres chinos y comentar su comprensión del texto. Posteriormente, los padres deben tomar fotografías de ellos leyendo los libros y de sus comentarios escritos, y enviárselos a los profesores como evidencia. Los estudiantes cuyos padres no envíen fotos serán criticados públicamente por los profesores y luego tendrán que efectuar exámenes sobre lo que han leído.
«La escuela de mi hijo les exigió a los estudiantes que copiaran a mano el libro Excelente cultura tradicional china«, le dijo a Bitter Winter el padre de un estudiante de primaria procedente de Shandong, «y que lo aprendieran de memoria». «Los que no puedan recitar el texto tendrán que copiarlo a mano diez veces. Los que fallen nuevamente, deberán copiarlo a mano de 20 a 30 veces, hasta que puedan recitarlo. Los niños se sienten angustiados, pero no pueden hacer nada al respecto», afirmó el hombre.
Numerosos estudiantes afirman que estas exigencias son particularmente agotadoras y dificultosas. Un estudiante afirmó que todas las noches, sin importar cuán tarde sea, debe leer estos libros y escribir sus comentarios, de lo contrario, será públicamente criticado por su maestro. El mismo se sentía tan agotado que varias veces pensó en abandonar la escuela.
La implacable educación antirreligiosa
Al ser un partido político ateo, el PCCh prohíbe que los estudiantes posean creencias religiosas, entre las que se incluyen el cristianismo y el budismo. Erradicar las ideologías incompatibles con la del PCCh es una de las implicaciones del «sueño de China» de Xi Jinping. Durante el brote de coronavirus, en aras del «mantenimiento de la estabilidad», el PCCh le presta más atención a la represión de las creencias religiosas que escapan del control gubernamental. Las escuelas utilizan las clases en línea para adoctrinar a los estudiantes con pensamientos antirreligiosos y propaganda contra las organizaciones xie jiao.
Un maestro de escuela primaria procedente de la ciudad de Yuncheng, en la provincia norteña de Shanxi, le dijo a Bitter Winter que, durante la crisis de coronavirus, la escuela aún dedicaba parte de su tiempo de enseñanza a difundir propaganda y noticias falsas contra la Iglesia de Dios Todopoderoso y otros grupos religiosos prohibidos por el Gobierno entre los estudiantes a través de las clases en línea. La escuela exigía que los estudiantes y sus padres leyeran dichos materiales juntos, y alentaban a los estudiantes a que denunciaran a la policía a los miembros de los grupos religiosos prohibidos que conocieran.
En medio del brote de la pandemia, dicha propaganda anti xie jiao se llevó a cabo ampliamente en escuelas y comunidades de todas las provincias.