En iglesias de las Tres Autonomías estatales emplazadas en la provincia de Hubei y en otras partes de China se utiliza equipamiento de alta tecnología para intensificar el control de los creyentes.
por Cai Congxin
Bitter Winter había informado anteriormente que, en una iglesia de las Tres Autonomías controlada por el Gobierno emplazada en Ürümqi, la capital de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, se había instalado un sistema de reconocimiento facial para verificar la identidad de las personas que ingresaban al lugar de culto. En la actualidad, dicha vigilancia intrusiva está siendo introducida en iglesias situadas en otras zonas del país.
El 6 de octubre se instalaron dos dispositivos biométricos en el segundo piso de la Iglesia de Muyang (literalmente Iglesia del Pastoreo) emplazada en la provincia central de Hubei, la cual también es el hogar de los Dos Consejos Cristianos Chinos de la ciudad de Huangshi. Desde entonces, antes de que se les permita ingresar a la iglesia, los miembros de la congregación tienen que hacer fila para que les escaneen sus rostros y huellas digitales. Casi al mismo tiempo, en la Iglesia estatal de Tian’en de la ciudad, también se instalaron equipos de reconocimiento facial para controlar a los creyentes que asisten a las reuniones.
Un creyente le reveló a Bitter Winter que hace más de un mes, los Dos Consejos Cristianos Chinos locales exigieron que todos los lugares de reunión establecidos por iglesias de las Tres Autonomías en la ciudad de Huangshi tomaran las huellas digitales de los creyentes y archivaran su información personal y familiar.
El feligrés se siente sumamente perturbado por la orden, ya que la exigencia no solo pone a los miembros de las congregaciones bajo el constante control y vigilancia del Gobierno, sino que también puede comprometer a sus familiares y parientes. El mismo añadió que aquellos familiares que sean funcionarios públicos o miembros del Partido Comunista probablemente serán castigados o se les impondrán restricciones a sus actividades; pudiendo incluso afectar negativamente su promoción en el trabajo.
Según creyentes locales, desde el mes de octubre, en Huangshi, varias iglesias sancionadas por el Estado comenzaron a utilizar sensores de huellas digitales y escáneres faciales para registrar la asistencia de los creyentes a los servicios.
La presidenta de los Dos Consejos Cristianos Chinos de la ciudad de Huangshi les explicó a los creyentes que la recolección de datos faciales y de huellas digitales de los feligreses es una de las prioridades en la labor de las iglesias de este año. La misma además afirmó que esta iniciativa ayuda a monitorear las reuniones celebradas en las iglesias estatales y a registrar la asistencia, advirtiendo que aquellos creyentes que no tengan sus datos biométricos registrados en el sistema no podrán ingresar a las iglesias en el futuro.
A fines de septiembre se tomaron las huellas digitales de los miembros de un lugar de reunión perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías emplazado en la comunidad de Nanzhulin, en Huangshi. La persona a cargo del lugar les dijo a los feligreses que, para poder asistir a los servicios dominicales, debían escanear sus huellas digitales. «Al igual que hacen los empleados para poder ingresar a su lugar de trabajo», explicó. «De esta manera, la iglesia puede saber claramente quién asiste a los servicios y quién no».
Un miembro de la congregación cree que de esta manera el Gobierno está imponiendo un mayor control sobre los creyentes de la Iglesia de las Tres Autonomías de todo el país.
Es evidente que la vigilancia de alta tecnología se ha convertido en una herramienta esencial para que el Partido Comunista Chino (PCCh) pueda regular y reprimir las creencias religiosas. A diferencia de lo que sucede con las iglesias domésticas, los miembros de iglesias de las Tres Autonomías aparentemente pueden celebrar reuniones religiosas. No obstante, en realidad, desde hace mucho tiempo se han introducido en las iglesias estatales sistemas de vigilancia intrusivos, tales como el Proyecto Ojos de Lince, con cámaras instaladas incluso en los baños de algunos lugares de culto para garantizar un monitoreo exhaustivo.