Se habla a menudo de las religiones “oficiales” o “controladas por el gobierno”. Cinco estructuras religiosas están de hecho autorizadas por el régimen, aunque aun así su libertad es limitada.
Los lectores de Bitter Winter a menudo encuentran noticias sobre religiones “controladas por el gobierno” a las cuales el régimen les permite tener sus actividades en China. Pero, ¿qué son exactamente? ¿De verdad son libres?
El Partido Comunista de China (PCCh) considera al ateísmo una parte fundamental de su doctrina. El ateísmo es declarado en muchos documentos oficiales una parte esencial e irreformable de la ideología del PCCh. Sin embargo, cuando el PCCh llegó al poder en 1949, era un hecho que China estaba llena de religiones. Mao Zedong (1893-1976) creía que la religión sería erradicada de China al extirpar sus raíces sociales, esto es, al hacer de China un país verdaderamente comunista. Con el paso del tiempo, las religiones, más que ser arrancadas inmediata y violentamente, debían ser acompañadas silenciosamente hasta su desaparición, controlándolas para evitar cualquier levantamiento religioso o contrarrevolución.
El presidente Mao ordenó la expulsión de todos los misioneros extranjeros, el arresto o ejecución de todos los líderes religiosos cuya oposición al régimen fuera conocida y la formación de cuerpos religiosos estrechamente controlados por el PCCh. Los líderes de estas estructuras debían ser nombrados por el PCCh y se les debería prohibir cualquier contacto con organizaciones religiosas extranjeras o internacionales.
Por más que el PCCh quiso seguirle la idea al presidente Mao, la tarea se volvió muy complicada. Para ser creíbles, los nuevos cuerpos religiosos debían tener al menos algunos de los líderes religiosos originales y unos cuantos de ellos fueron aceptados o reclutados por el PCCh. Después de un complicado proceso de amenazas y halagos, finalmente el PCCh pudo, entre 1953 y 1957, establecer cinco cuerpos religiosos controlados por el gobierno:
- El Movimiento Patriótico Protestante de China de las Tres Autonomías, mejor conocido como Iglesia de las Tres Autonomías (1954), un cuerpo unificado que acoge a todos los protestantes fieles al PCCh, caracterizado por los tres “autos”, es decir, “auto-administración, auto-financiación y auto-evangelización”, con lo cual el PCCh quería decir que no se debería recibir o aceptar ayuda de misioneros extranjeros y religiones internacionales;
- La Asociación Budista China (1953);
- La Asociación Islámica China (1953);
- La Asociación Taoísta China (1957);
- El Comité Laico Patriótico Católico de China (1957), más tarde rebautizado Comité Patriótico Católico de China, mejor conocido como Iglesia Patriótica Católica.
Por supuesto, era poco creíble que la inmensa riqueza y variedad teológica del Cristianismo protestante chino pudiera ser reducida a una sola iglesia. Y el Vaticano rápidamente declaró cismática y no católica a la Iglesia Patriótica Católica, cuyos obispos eran nombrados por el PCCh y no por Roma. Los católicos fieles a Roma se retiraron a la clandestinidad y crearon una vibrante Iglesia Católica clandestina, aunque la mayoría de sus obispos fueron arrestados y muchos murieron en la cárcel.
Los cinco cuerpos oficiales nunca fueron populares. Sin embargo, reunir a todos los chinos que aún se consideraban a sí mismos como religiosos en uno de los cinco cuerpos oficialmente reconocidos fue una tarea confiada a la policía, más que a los teólogos.
Los cinco cuerpos estuvieron inicialmente activos durante solo una década. En 1966, comenzó la Revolución Cultural. Esta persiguió de forma igualmente feroz tanto a las religiones autorizadas como a las no autorizadas. Casi todos los lugares de culto fueron destruidos o convertidos en barracas o establos. Se perdieron por siempre tesoros culturales, pues se destruyeron estatuas y se quemaron libros. Miles de pastores, sacerdotes, monjes e imanes fueron asesinados y no se permitía ninguna forma de culto o creencia.
Cuando el polvo de la Revolución Cultural finalmente se asentó, el presidente Mao murió (en 1976) y Deng Xiaoping (1904-1997) llegó al poder (en 1978), el PCCh descubrió, para su sorpresa, que la religión no había desaparecido a pesar de haber sido una de las peores persecuciones de la historia de la humanidad. Solo se había retirado más profundamente a la clandestinidad. Esto llevó a Deng a revisar las ideas de Mao sobre la religión. No dijo que estuvieran equivocadas, pero adoptó una estrategia distinta, ya que creía que la muerte de la religión podía llevar siglos, más que simplemente décadas de dominio comunista en China.
En 1982, Deng ordenó la publicación de un texto conocido como “El punto de vista básico y la política sobre asuntos religiosos durante el periodo socialista de nuestro país”, conocido más tarde como “Documento núm. 19”. Los cinco cuerpos controlados por el gobierno fueron restaurados a su anterior situación, aunque las limitaciones a las actividades religiosas también se conservaron y Deng insistió en que la propaganda a favor del ateísmo debía seguir.
De hecho, los cinco cuerpos nunca controlaron toda la actividad religiosa. Como escribió en 2006 el sociólogo Fenggang Yang, el PCCh había creado un “mercado rojo” de religión aprobada. La teoría sociológica, sin embargo, sostenía que ni siquiera los regímenes totalitarios podían controlar por completo la religión. Un “mercado gris” fuera de los cinco cuerpos aprobados existía antes de 1982 y siguió existiendo después. También hay zonas ambiguas. Una fue Qi Gong, un conjunto de ejercicios para acondicionar el cuerpo y para la meditación con orígenes budistas y taoístas. El PCCh promovió grupos que organizaban la práctica de Qi Gong como parte de la cultura y medicina tradicionales chinas, más que como religión, aunque muchos de ellos, naturalmente, tenían en sus enseñanzas elementos religiosos. Sin embargo uno de estos grupos, Falun Gong, creció tanto que fue percibido como una amenaza por el PCCh, el partido comenzó una campaña para erradicarlo y revivió la vieja práctica imperial de promulgar listas de xie jiao, “enseñanzas no ortodoxas”, que eran presentadas como un peligro social de gran magnitud y que debían ser “erradicadas como tumores”. Varios grupos más fueron añadidos a la lista de xie jiao y fueron perseguidos de forma despiadada.
En palabras de Fenggang Yang, al menos en la narrativa oficial del régimen, los cinco cuerpos aprobados eran el “mercado rojo” bueno de la religión y las xie jiao eran el “mercado negro” malo. Esta era solo una parte de la historia. El “mercado gris” siguió existiendo y fue de hecho el segmento más grande de la religión en China; incluía a la Iglesia Católica clandestina, a las iglesias domésticas protestantes (ya que no todas estaban en la lista de xie jiao), las cuales se resistieron a los esfuerzos por hacerlas parte del Movimiento de las Tres Autonomías, a los templos budistas y taoístas que permanecieron fuera de las asociaciones budistas y taoístas oficiales y a los musulmanes (sobre todo, pero no solo, en Sinkiang) que consideraban a la Asociación Islámica China como un instrumento para erradicar lenta y completamente al Islam. Cómo reaccionó y reacciona el régimen a la existencia del “mercado gris” será explicado por Bitter Winter en futuros artículos.
Pero, ¿qué pasa con el “mercado rojo”? Cuando la propaganda china nos asegura que la religión en China es libre e incluso financiada con dinero del PCCh, se refiere a los cinco cuerpos controlados por el gobierno. De hecho, el lujoso estilo de vida de los líderes de estos cuerpos parece confirmar que al menos la parte de la propaganda sobre el dinero no es falsa.
Sin embargo, la actividad de las organizaciones religiosas que pertenecen a los cinco cuerpos no es de ninguna forma libre. En primer lugar, obviamente, no se permite la crítica al PCCh. En segundo lugar se prohíbe el proselitismo y solo se permite predicar en los lugares autorizados para el culto. Cuando Rusia, con las leyes Yarovaya aprobó medidas anti-proselitismo similares en 2016, hubo una gran protesta internacional, pero pocos se dieron cuenta de que en China se había vivido siempre la misma situación.
En tercer lugar hay una serie de tediosas normas administrativas colocando de hecho a las comunidades religiosas autorizadas a merced de las autoridades locales del PCCh. No es muy difícil darse cuenta de cuando una de estas normas es violada y las consecuencias pueden ser muy serias, llevando incluso a la demolición de los lugares de culto y a la detención del clero. La normativa más infame es una que coloca prácticamente al mismo nivel a la religión y a la pornografía y la que ordena que ningún menor de 18 años puede entrar a un lugar de culto o participar en cualquier tipo de actividad religiosa. Después de la reforma de la normativa religiosa de 2018, esa normativa se aplica con gran rigidez. Algunos templos han sido clausurados simplemente porque las mamás entraban en ellos con su hijo en brazos.
Dos observaciones finales. El “mercado rojo” se estableció originalmente para evitar la presencia en China de cuerpos religiosos con vínculos internacionales. Estos vínculos aún están prohibidos, pero se espera que las cinco organizaciones oficiales apoyen la propaganda china adulando a los visitantes extranjeros y tratando de convencerlos de que en China hay libertad religiosa. También se espera que apoyen la persecución de las xie jiao proporcionando argumentos teológicos y confirmando que esas enseñanzas son heréticas.
En segundo lugar, no queremos dar la impresión de que todos los creyentes que participan en las actividades de la religión del “mercado rojo” son insinceros o que la religión “oficial” solo existe con fines de propaganda. Ese puede ser el caso en algunos campos específicos, pero no es la regla. Hay lugares en China donde el “mercado rojo” ofrece la única oportunidad de mantener cierto contacto con la religión. Los creyentes sinceros pueden creer que aprovechar esa oportunidad es, después de todo, mejor que nada.