Activos durante generaciones, los lugares de culto pertenecientes a las religiones autóctonas están siendo demolidos a lo largo de todo el país, y las autoridades afirman que los mismos son ilegales.
por Ye Lan
El Partido Comunista Chino (PCCh) cita de manera frecuente la «infiltración religiosa extranjera» como pretexto para la represión llevada a cabo contra el cristianismo o el islam. No obstante, las religiones populares autóctonas chinas también son sumamente perseguidas y reprimidas.
Templos populares, dispersos por todo el país, a veces unos pocos emplazados en una aldea relativamente pequeña, fueron considerados como parte de los «Cuatro Viejos» –viejas costumbres, cultura, hábitos e ideas– durante la Revolución Cultural y, debido a ello, fueron clausurados y destruidos. Bajo el Gobierno del presidente Xi Jinping, los templos populares vuelven a sufrir calamidades.
32 templos fueron demolidos por la fuerza en un plazo de 20 días
El Templo de Nainai está emplazado en la Montaña de Hou en el condado de Yi, bajo la jurisdicción de la ciudad de Baoding, en la provincia norteña de Hebei, a unos 120 kilómetros de Pekín. Debido a la popularidad y reputación del templo, el mismo contaba con numerosos creyentes y era conocido como la «Primera Zona Ritual Taoísta del Norte de China”. Según Xu Teng, estudiante de doctorado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Tsinghua, el Templo de Nainai fue en un tiempo un lugar sumamente característico para ofrecer sacrificios.
Los residentes del área afirmaron que, a fines del año pasado, el director del Departamento de Trabajo del Frente Unido de la ciudad de Baoding se caracterizó como un peregrino y visitó la Montaña de Hou para efectuar una inspección secreta. Poco tiempo después, el Gobierno del condado emitió una orden para demoler todos los templos existentes en el área circundante, así como también los edificios cercanos que proporcionaban comidas y alojamiento a los turistas. Sólo se salvó la sala principal del Templo de Nainai.
Desde entonces, el otrora famoso templo ha ido quedando desierto. El 1.o de marzo, el Gobierno local celebró una «reunión de movilización para la gobernanza integral exhaustiva» para tratar con los otros templos que se hallaban emplazados en la Montaña de Hou. En el breve lapso de 20 días, 32 templos y al menos otros 164 edificios relacionados con la fe fueron demolidos.
Un aldeano le dijo a Bitter Winter que el Departamento de Trabajo del Frente Unido de la ciudad de Baoding supervisó la campaña de demolición del templo. «Al Gobierno no le importa si tu edificio cuenta con un permiso o una licencia comercial. Si pintan el carácter “拆” [chāi, que significa ‘para ser demolido’] en el muro, el lugar en cuestión será posteriormente destruido por la fuerza. No existe espacio alguno donde la gente pueda razonar con el PCCh», afirmó el aldeano con enojo.
A lo largo del camino que conduce a la Montaña de Hou se han colgado algunas consignas propagandísticas. Una de ellas dice: «Los edificios ilegales serán demolidos.»
Según aldeanos locales, las actividades de sacrificio y adoración en el Templo Nainai de la Montaña de Hou han existido por muchos años, y previamente han recibido un fuerte apoyo gubernamental. Los peregrinos, que lo visitaban para quemar incienso y practicar su fe, variaban desde personas comunes a funcionarios gubernamentales. Los aldeanos creen que la demolición forzosa de estos edificios, utilizando el pretexto de que los mismos son considerados «estructuras ilegales», es sólo una excusa para que el Gobierno pueda combatir las creencias religiosas.
5911 templos de Tudi fueron demolidos en una ciudad
En el mes de marzo, en la ciudad de Gaoyou, en la provincia oriental de Jiangsu, los templos de Tudi –el tipo de templos dedicados al dios local de la tierra– los cuales encarnaban las creencias y costumbres populares tradicionales también fueron severamente reprimidos, alegando «ilegalidad».
En un plazo de 26 días fueron demolidos 5911 templos de Tudi locales, provocando un fuerte resentimiento entre las personas, quienes se refirieron a ello como un accionar arrollador e indiscriminado.
Funcionarios del Departamento de Tierras y Recursos de Gaoyou declararon que todos los templos de Tudi eran edificios ilegales, que ocupaban grandes extensiones de áreas de tierras cultivables rurales e instalaciones y lugares públicos urbanos. A fin de justificar las demoliciones, afirmaron que algunos templos habían sido establecidos de forma espontánea y no habían llevado a cabo los procedimientos pertinentes con antelación.
No obstante, según los expertos, rendir culto en los templos de Tudi es una costumbre local de larga data y se ha convertido en una parte esencial de la vida cotidiana de los pobladores. El elemento más importante de las religiones populares es la fe sincera, sin fe, no habría cultura. Si la tradición de adorar al dios de la tierra se interrumpe y se altera, las personas no tendrán dónde depositar su fe.
La demolición de templos populares se está expandiendo
En solo diez días, del 10 al 20 de abril, el Gobierno del condado de Xianju, en la provincia oriental de Zhejiang, demolió por la fuerza 21 templos que se hallaban emplazados dentro de su jurisdicción. Según un miembro del personal de la Asociación Budista que solicitó permanecer en el anonimato, esta campaña de demoliciones forzadas fue una tarea de «rectificación» emitida de manera uniforme por el Gobierno.
Entre el 12 y el 14 de mayo, el Gobierno local selló 18 templos en 14 aldeas bajo la jurisdicción del poblado de Guangwu, en la ciudad a nivel de condado de Xingyang, en la provincia central de Henán. El siguiente paso probablemente sea la demolición de los mismos.