El «equipo de patrullas de inspección» del Gobierno, encargado de supervisar los asuntos religiosos se encuentra en la ciudad de Fuzhou. Los sacerdotes católicos clandestinos son sus principales objetivos.
Marco Respinti
A fines de septiembre de este año se firmó el acuerdo entre el Vaticano y China del año 2018. Algunos creyeron que este mejoraría la difícil situación de la Iglesia Católica Clandestina, la cual se fusionaría gradualmente con la Iglesia Patriótica Católica a través de un proceso en el cual los sacerdotes y los devotos procedentes de ambas ramas católicas serían igualmente respetados. No obstante, el Partido Comunista Chino (PCCh) parece interpretar el acuerdo en el sentido de que los miembros de la Iglesia Clandestina simplemente deben someterse a la Iglesia Patriótica.
Luego de la firma del acuerdo, las comunidades de la Iglesia Católica Clandestina emplazadas por toda China han sido frecuentemente atacadas. Los sacerdotes clandestinos han sido convocados para ser interrogados y algunos de ellos fueron arrestados. En octubre, cuatro sacerdotes católicos fueron arrestados en la provincia de Hebei por negarse a unirse a la Asociación Patriótica Católica China, y el 9 de noviembre, incluso un obispo, Mons. Peter Shao Zhumin, obispo clandestino de Wenzhou, una ciudad de nivel de prefectura situada en la zona sureste de la provincia china de Zhejiang, fue detenido por la policía para ser sometido a «adoctrinamiento».
En la ciudad de Fuzhou, en la provincia costera de Fujian situada frente a Taiwán, las autoridades allanaron y hostigaron a múltiples sitios de reunión pertenecientes a la Iglesia Católica Clandestina, pero fuentes ahora agregan que el 9 de noviembre (el mismo día en que Mons. Peter Shao Zhumin fue arrestado), en la parroquia de Fuqing, el sacerdote católico Guo Jinming fue convocado para ser interrogado por el Buró de Seguridad Pública local. Posteriormente, permaneció confinado en el centro de detención de Fuqing durante casi un mes.
Según un cristiano local, antes de ser convocado para ser interrogado, el padre Guo le dijo a un feligrés que, «el ‘equipo de patrullas de inspección’ del Gobierno central encargado de controlar a la religión permanecerá posicionado en Fuzhou durante un tiempo. En este momento nos enfrentamos a mucha presión. El Departamento de Trabajo del Frente Unido, el Departamento de Asuntos Religiosos y el Buró de Seguridad Pública nos están buscando. Mañana seguramente me pedirán que me presente en el Buró de Seguridad Pública».
El miembro de la Iglesia también reveló que, entre los 10 y 20 días posteriores a la firma del acuerdo entre el Vaticano y China, el padre Guo fue convocado repetidamente para ser interrogado por el Departamento de Seguridad del Estado. Miembros del personal del Departamento afirmaron que desde el año 1998, el PCCh había considerado a la Arquidiócesis Católica (clandestina) de Fuzhou como una «organización ilegal», y por ello tenían el derecho de arrestar a Guo Jinming y a otros sacerdotes clandestinos cuando lo dispusieran.
No había sido la primera vez que el padre Guo fue arrestado. En noviembre de 2015, el padre Guo y el padre Yu Heping (1975–2015) de la Diócesis de Ningxia debían reunirse en la provincia de Liaoning para una conferencia evangélica nacional de cuatro días de duración. No obstante, antes de poder reunirse, el padre Yu Heping desapareció repentinamente y más tarde se supo que había muerto de manera misteriosa. Mientras tanto, en diciembre del mismo año, el Departamento de Seguridad Pública local de Fuqing volvió a detener al padre Guo. Luego de ser liberado, el PCCh lo ha estado vigilando de manera constante.
El 2 de marzo de 2016, las autoridades del PCCh llevaron al padre Guo a un hotel utilizando el pretexto de «estudiar el reglamento sobre asuntos religiosos” y lo mantuvieron detenido durante 50 días. Le preguntaron repetidamente sobre la reunión en Liaoning. Debido a que el padre se negó a proporcionar cualquier tipo de información, la policía lo sometió a extrema presión. Por ejemplo, subían deliberadamente el volumen del televisor dejándolo extremadamente alto, o varios oficiales lo rodeaban hablando en voz muy alta. Durante los interrogatorios, las autoridades incluso utilizaron un método de tortura denominado «agotar un águila» (un tipo de privación de sueño), no permitiéndole dormir durante varios días y noches. A fines de abril del mismo año, el padre fue puesto en libertad, pero la policía le advirtió que debería estar disponible cada vez que se lo solicitaran. Desde entonces, ha sido frecuentemente convocado por el Departamento de Seguridad Pública para ser interrogado.
A pesar de que el padre Guo fue liberado el 7 de diciembre, Bitter Winter se ha enterado de que sigue siendo vigilado por la policía hasta el día de hoy.