Las autoridades chinas encargadas de hacer cumplir la ley suelen utilizar hoteles y hospitales o edificios enteros como bases secretas de interrogación y adoctrinamiento para creyentes religiosos y disidentes políticos. Bitter Winter ha descubierto algunos de estos centros en las provincias de Gansu y Shaanxi.
Tienden a presentarse al público como centros de capacitación en los que los ciudadanos reciben educación obligatoria sobre las leyes chinas, pero los centros de educación legal son similares a los campamentos de transformación por medio de educación para musulmanes. La diferencia es que muchos de estos centros son secretos y, a veces, se instalan en centros turísticos, hoteles o edificios vacíos. Están pensados, sobre todo, para disidentes políticos y creyentes religiosos, incluidos miembros de La Iglesia del Señor Todopoderoso y seguidores de Falun Gong. Los presos están bajo vigilancia día y noche y están sujetos a un intenso adoctrinamiento.
Según una fuente de Gansu, quien solicitó permanecer en el anonimato, una instalación de rehabilitación correctiva establecida en el Centro de Rehabilitación de Drogas en régimen obligatorio y de aislamiento de la Oficina de Justicia de Lanzhou no sólo se utiliza para tratar a las personas con adicciones, sino que funciona además como centro de educación legal. Se trata de un lugar concebido por la Organización de Seguridad Pública de Gansu contra xie jiao, conocida popularmente como la Oficina 610.
Allí suelen permanecer detenidos creyentes religiosos considerados por las autoridades como seguidores de enseñanzas heterodoxas.
La fuente también informó que en la base trabajan dos “directores”, dos instructores, un tesorero y cinco policías, quienes están presentes las 24 horas del día en turnos rotativos (incluidas dos policías mujeres). Además, a cada detenido se le asignan dos “entrenadores” para adoctrinamiento que están presentes en la base 24/7.
Según la misma fuente, los detenidos asisten a clases obligatorias de 8:30 a 11:30 de la mañana y de 2:00 a 5:00 de la tarde. El contenido de las “clases” se basa en videos con propaganda antirreligiosa y atea.
“El principal objetivo del adoctrinamiento es hacer que abandonen la fe. Para poder abandonar la instalación, deben firmar declaraciones de arrepentimiento y garantizar que renuncian a su fe. Algunos se niegan a hacerlo durante cinco meses, o incluso más, por lo que continúan detenidos y los someten a más actividades de conversión. Si siguen negándose a firmar, son enviados a un centro de detención para esperar la sentencia”, explicó la fuente.
Una escuela abandonada en la ciudad de Hanzhong (Shaanxi) también se ha convertido en un centro de educación legal para creyentes religiosos. Ubicado en el campo a las afueras de la aldea de Zaoshu, en la ciudad de Puzhen, el centro recibe el nombre de “centro de capacitación” en las comunicaciones externas de las autoridades, aunque no haya carteles identificativos en los edificios.
Según fuentes locales, el centro tiene más de 2000 metros cuadrados. Se han instalado cámaras de vigilancia en el exterior de los dos inmuebles que lo componen y que están protegidos por una cerca alta. Una de las propiedades es una casa de un solo piso con diez habitaciones para los detenidos, mientras que la segunda propiedad es un edificio de dos plantas con aulas en las que se dictan las “clases” de adoctrinamiento y conversión. Los “maestros” de la base son funcionarios de las oficinas de Asuntos Religiosos y Justicia, así como de otros departamentos gubernamentales.
Quienes han estado detenidos en este tipo de centros suelen referirse a ellos como “cárceles negras”. Estas bases secretas de adoctrinamiento no están reguladas por ninguna ley y los detenidos, además de estar privados de libertad, suelen ser torturados.
Información de Yao Zhangjin