Para asegurarse de que las congregaciones no tengan medios para reabrir los lugares de culto que han sido clausurados, el Partido Comunista Chino (PCCh) está confiscando sus bienes y quemando biblias y símbolos religiosos.
por Xin Lu
A pesar de la intensa y despiadada represión llevada a cabo contra las iglesias domésticas, algunas logran continuar funcionando incluso luego de ser clausuradas por la fuerza. La tendencia parece causarle un fuerte dolor de cabeza al PCCh. Para evitar el resurgimiento de las iglesias domésticas, autoridades provinciales y municipales de toda China están implementando una amplia variedad de estrictas medidas: inspecciones llamadas «visitas de retorno», reutilización de lugares de reunión, imposición de responsabilidad personal a los funcionarios que se ocupan de clausuras forzosas y demoliciones, así como también vigilancia y monitoreo ubicuo de creyentes.
Con este propósito, el «grupo líder de trabajo étnico y religioso» de una localidad de la provincia china central de Henán, emitió en el mes de marzo un documento que detalla los requisitos para mayor gestión de los lugares religiosos cristianos. Además de muchas otras medidas, a los funcionarios a cargo de la represión religiosa se les exige la eliminación de todos los símbolos religiosos y el saqueo de todas las pertenencias tras la clausura de iglesias, para asegurarse de que las mismas no sean reabiertas.
De manera similar, en el mes de abril, la Agencia de Asuntos Religiosos de la ciudad de Shenyang, en la provincia nororiental de Liaoning, le exigió a cada comunidad que intensificara las investigaciones de los lugares religiosos no oficiales dentro de sus jurisdicciones: «Deben eliminar todos los elementos religiosos existentes dentro de lugares de reunión privados y detener el fenómeno de resurgimiento».
La campaña para saquear y vaciar los lugares de reunión pertenecientes a iglesias domésticas sigue incrementándose en todo el país.
Hunan: 50 funcionarios saquearon una iglesia
El 1.ro de abril, aproximadamente 50 funcionarios pertenecientes a la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos, a la Brigada de Seguridad Nacional y a otros departamentos el condado de Cili, bajo la jurisdicción de la ciudad de Zhangjiajie, en la provincia surcentral de Hunan, irrumpieron en la iglesia de Bethel, un lugar de culto protestante no aprobado por el Estado. Le ordenaron a la directora de la iglesia que abriera la puerta, pero como la misma se rehusó a hacerlo, los funcionarios la derribaron. Destruyeron todos los símbolos de fe y confiscaron 100 copias de la biblia y más de 70 himnarios. Durante la redada, fueron saqueados un piano, bancos, equipos de audio y otros artículos por un valor aproximado de 50 000 yuanes (aproximadamente 75oo dólares).
Un creyente de la iglesia reveló que, a fines de marzo, la iglesia había sido repetidamente acosada por personal gubernamental. El predicador de la iglesia fue llevado a la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos para ser interrogado. Dado que no pertenecía al área local, funcionarios de la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos le prohibieron seguir predicando, alegando que había llevado a cabo una «predicación interregional». Además, lo obligaron a firmar una «declaración de compromiso» en la que aseguraba que no seguiría predicando.
Cuando fue convocada por funcionarios gubernamentales y se le ordenó que entregara la información personal de los miembros de la congregación, a la directora de la iglesia también se le exigió firmar una declaración en la que prometía no celebrar más reuniones religiosas. Se le preguntó sobre el paradero del dinero de la iglesia, pero la misma se negó a responder.
Anhui: biblias quemadas e iglesia amenazada con ser demolida
El 23 de abril, más de una docena de funcionarios gubernamentales irrumpieron en una iglesia doméstica emplazada en el condado de Huaining, bajo la jurisdicción de la ciudad de Anqing, en la provincia oriental de Anhui. A los creyentes presentes en el lugar se les ordenó que cesaran la reunión debido a que no poseían toda la documentación necesaria relacionada con el edificio de la iglesia, afirmaron los funcionarios.
La computadora, el proyector, el equipo de audio, la caja de donaciones y otros artículos de la iglesia, por un valor aproximado de 10 000 yuanes (aproximadamente 1450 dólares) fueron confiscados bajo el pretexto de que «constituían herramientas y materiales promocionales ilegales».
Las biblias confiscadas, los himnarios y las pinturas de las cruces fueron quemadas. Los funcionarios también cortaron el suministro de electricidad y derribaron el aire acondicionado del lugar de reunión. «¡Si continúan celebrando reuniones, el edificio será demolido!», amenazaron a los creyentes.
«Por el bien de esta iglesia, todos nuestros hermanos y hermanas mayores vivieron frugalmente para poder recaudar el dinero suficiente para construirla. El PCCh no es razonable. Como si fueran bandidos, saquearon todo lo que se hallaba en la iglesia», afirmó un creyente con pena y enojo.
Henán: una iglesia fue saqueada menos de seis meses después de su apertura
El 26 de mayo, un lugar de reunión perteneciente a una iglesia doméstica emplazado en el condado de Lushan, bajo la jurisdicción de la ciudad de Pingdingshan, en la provincia de Henán, fue allanado menos de seis meses después de su fundación. Cinco oficiales de policía locales irrumpieron en el lugar de reunión, derribaron y destruyeron una imagen de la cruz que se hallaba colgada en un muro, y confiscaron biblias, himnarios, un equipo de audio, una caja de donaciones y otros artículos.
Poco después, los oficiales escoltaron a la dueña del lugar de reunión hasta la estación de policía y la interrogaron. Le advirtieron que ya no se le permitía creer en Dios y que se le prohibía organizar reuniones, de lo contrario, sería arrestada y sentenciada. Posteriormente, la obligaron a firmar y colocar sus huellas dactilares en una «declaración de garantía».
“El Gobierno quiere que asistamos a reuniones en una iglesia de las Tres Autonomías. No iremos, el Gobierno la controla. Transmite las políticas del Gobierno en una ocasión, habla sobre patriotismo en otra, e incluso hace que los feligreses estudien ‘El pensamiento de Xi Jinping’. No es un lugar para adorar al Señor en absoluto» afirmó uno de los miembros de la congregación.
«El Estado persigue a las personas que creen en Dios. Es similar al enfoque de un faraón egipcio. Temía que los israelitas se multiplicaran y florecieran, así que los mató para proteger su trono», comentó el predicador de la iglesia. «En la actualidad, el Gobierno está haciendo lo mismo. El PCCh teme que si mucha gente cree en Dios, perderá su poder».