Los lugares de culto protestantes son presionados para que se unan a la Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno y se sometan al control estatal. Las Iglesias rebeldes deben afrontar las consecuencias.
Tang Zhe
Desde la entrada en vigor de los Nuevos Reglamentos sobre Asuntos Religiosos en Febrero del 2018, las autoridades chinas han estado intentando frenar el crecimiento del cristianismo, exigiéndoles a las Iglesias domésticas protestantes unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías oficial, y clausurando a las que no acaten dicha exigencia.
Durante el mes de febrero de este año, las autoridades locales allanaron una iglesia doméstica emplazada en la ciudad de Yuncheng, en la provincia china norteña de Shanxi, luego de que sus líderes se negaran a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías. Miembros de la congregación le dijeron a Bitter Winter que, desde el año pasado, personal gubernamental ha visitado la iglesia con regularidad para acosarlos y transformarlos en «creyentes oficiales». A fin de presionarlos, las autoridades han instalado cámaras de vigilancia en la entrada de la iglesia para supervisar sus reuniones.
El 26 de febrero de 2019, el Gobierno local se asoció con la policía y contrató a algunos aldeanos para que rompieran la cerradura de la puerta de la iglesia. Luego de hacerlo, se llevaron todas las mesas y sillas, los carteles religiosos y la cruz que colgaba sobre el atril.
Dos días antes de la redada, miembros del personal gubernamental se presentaron en la iglesia y exigieron el cese de las congregaciones. Uno de los funcionarios amenazó a los cristianos diciendo: «Si vienen aquí a congregarse una vez más, sus beneficios sociales serán inmediatamente cancelados».
Unas semanas más tarde, las autoridades también clausuraron la iglesia doméstica de la Gran Alabanza emplazada en el distrito de Tieshan de la ciudad de Huangshi, en la provincia china central de Hubei, por negarse a unirse al Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías.
El 19 de marzo, el jefe del Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD, por sus siglas en inglés) del distrito de Tieshan le ordenó al propietario del edificio que dejara de alquilarle a la Iglesia, alegando que todas las iglesias domésticas que no hayan sido aprobadas por el UFWD constituían una congregación ilegal, y que el hecho de alquilarles a tales lugares religiosos también era considerado ilegal.
Presionado por las autoridades, el arrendador tuvo que notificarle al jefe de la Iglesia que debía mudarse de inmediato, a pesar de que su contrato de arrendamiento aún no había finalizado.
Tres días más tarde, funcionarios del UFWD presionaron una vez más al arrendador, exigiéndole que recuperara la posesión del edificio en un plazo de dos días y se deshiciera de todas las pertenencias de la Iglesia. Esa tarde, el lugar de congregación se vio obligado a cerrar sus puertas y mudarse.
El jefe del UFWD del distrito le ordenó al jefe de la Iglesia que no buscara otro lugar de congregación sin la aprobación del Gobierno y declaró que, si deseaban reunirse de nuevo, tendrían que unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías, someterse a la gestión unificada del Gobierno y predicar de acuerdo con los requisitos establecidos por el UFWD. También afirmó que para seguir creyendo en Dios, primero tendrían que creer en el Estado y en el Partido.
Los creyentes se negaron a obedecer tales órdenes, y ahora se reúnen en secreto en pequeños grupos para practicar su fe.
Uno de los miembros de la Iglesia declaró: “En este preciso momento estamos siendo severamente controlados y supervisados. El cristianismo está siendo sinizado, y sólo se nos permite creer en el marxismo-leninismo. Aquellos que desobedezcan serán tratados del mismo modo que durante la Revolución Cultural».