A pesar de las noticias falsas difundidas por el PCCh, se intensifica el apoyo internacional a favor del movimiento espiritual perseguido.
por Marco Respinti
Se trata de una medida sin precedentes, 606 legisladores procedentes de 30 países emitieron una declaración conjunta en la que le exigen al Partido Comunista Chino detener inmediatamente la «sistemática y brutal campaña tendiente a ‘erradicar’ la disciplina espiritual de Falun Gong». Los signatarios (cuya lista completa se encuentra disponible) provienen de Europa, Medio Oriente, Asia-Pacífico y América Latina. Además, más de 20 parlamentarios y otros funcionarios estadounidenses han publicado declaraciones personales separadas con contenido similar. Todos los documentos fueron publicados el día en el que se conmemora el aniversario del comienzo, hace 21 años, de la feroz persecución contra Falun Gong a manos del Partido Comunista Chino (PCCh), la cual comenzó el 20 de julio de 1999.
Ese día, Jiang Zemin, en ese momento secretario general del PCCh, puso en marcha una campaña tendiente a reprimir a los practicantes de Falun Gong de todas las formas posibles. Eventualmente, los mismos se convirtieron en el objetivo preferido de la cosecha de órganos, la terrible práctica de sustraer órganos del cuerpo de prisioneros de conciencia para alimentar un enorme y lucrativo mercado negro de trasplantes. La sistemática política del PCCh en este campo ha sido documentada y denunciada a lo largo de los años por especialistas autorizados tales como el Sr. David Kilgour, miembro del parlamento, y el Dr. David Matas, abogado defensor de los derechos humanos, ambos canadienses; el Dr. Torsten Trey, un reconocido médico; y organismos tales como DAFOH, o Médicos contra la sustracción forzada de órganos, La Coalición Internacional para Poner Fin al Abuso de Trasplantes en China y últimamente el «Tribunal de China». A pesar de que lo niega, el Gobierno de Pekín continúa implementando esta política. La cosecha de órganos sigue siendo una industria floreciente, ahora extendida a otros grupos religiosos tales como los uigures y otros musulmanes túrcicos de Sinkiang (región que prefieren llamar Turquestán Oriental), así como también a miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso.
Uno de los aspectos más increíbles de esta triste historia es que la única culpa de los practicantes de Falun Gong es practicar un camino espiritual y crecer en número. Ambas declaraciones contradicen los dogmas marxistas que afirman que en una sociedad comunista, la religión y la espiritualidad están condenadas a desaparecer y morir.
La declaración internacional conjunta firmada por los 606 parlamentarios reconoce las resoluciones anteriores del Parlamento Europeo y del Congreso de los Estados Unidos que condenan la persecución de Falun Gong, al tiempo que hace referencia al fallo definitivo emitido en primavera por el Tribunal de China.
China probablemente desestimará todo esto y lo considerará «interferencia extranjera».
video: la protesta llevada a cabo en Roma.