Mientras se encontraba en prisión, un miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) que padecía hipertensión arterial no recibió su medicación, lo cual provocó que su condición se deteriorara.
Gu Xi
La Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) es el nuevo movimiento religioso cristiano chino más grande y el que ha padecido continuamente la brutal represión del Partido Comunista Chino (PCCh) desde su fundación en el año 1991. Y la persecución continúa aumentando. Los creyentes de la IDT a menudo son brutalmente torturados mientras se encuentran detenidos, a algunos creyentes enfermos incluso se les han cambiado sus medicaciones o han dejado de recibirlas, con consecuencias fatales.
En julio de 2014, en la provincia central de Henán, tres creyentes de la IDT fueron arrestados mientras celebraban una reunión. La policía local llegó al lugar y, sin presentar ninguna credencial, comenzó a examinar la propiedad, confiscando libros religiosos, teléfonos móviles y otros artículos. Posteriormente, los tres creyentes fueron llevados a un centro de detención.
Entre ellos había un hombre de unos sesenta años que padecía hipertensión arterial. Por lo general, había tomado medicamentos antihipertensivos, lo cuales le permitían mantener la presión arterial normal. La policía confiscó el dinero que llevaba para comprar medicamentos, por lo que su familia se encargó de comprarlos y se los envió al centro de detención.
Si la hipertensión no es tratada o controlada, causará daños en el corazón y los riñones, o incluso accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio, lo que finalmente conducirá a la discapacidad o a la muerte.
Durante los primeros días de detención, un preso designado por las autoridades de la cárcel para supervisar a otros detenidos le dio dos tabletas antihipertensivas al día. Pero el creyente dejó de recibir la medicación y, aproximadamente dos días después, comenzó a sentir dolores de cabeza y mareos, y empezó a vomitar. Su tensión arterial sistólica alcanzó los 250 mmHg, con una tensión arterial diastólica de 120 mmHg (se considera que los niveles normales son de 120/80). El mismo le pidió al guardia de la prisión su medicación, pero su solicitud fue ignorada. En lugar de ello, el guardia lo llevó a la sala de interrogatorios y le dijo que debería pasar entre cuatro y cinco años en prisión.
Luego de regresar a su celda, los mareos y los dolores de cabeza continuaron intensificándose, hasta el punto en el que tuvo que recostarse en la cama y ya no pudo levantarse ni comer. El guardia de la prisión temió que muriera en su celda, y solo entonces fue enviado al hospital.
Para cuando lo llevaron al hospital, había perdido el conocimiento y tenía dificultad para respirar. El doctor que lo atendió afirmó que su estado era grave: si hubiera llegado al hospital antes, hubiera sido mucho más fácil tratarlo. Luego de gastar cerca de 50 000 yuanes (aproximadamente 7450 dólares) en un tratamiento, su vida ya no corría peligro, pero el mismo quedó con una discapacidad permanente: parálisis parcial.
Desde entonces, su memoria ha disminuido gravemente y reacciona con lentitud. Es incapaz de cuidar de sí mismo, y necesita ser trasladado en silla de ruedas.
No obstante, la policía aún no lo dejaba en paz: a menudo visitaban su hogar, le sacaban fotos y lo interrogaban, e incluso organizaron para que un informante lo vigilara. Los mismos también le advirtieron que sería arrestado si lo descubrían asistiendo a una reunión religiosa.
De acuerdo con las estadísticas incompletas presentadas en el informe anual del 2018 sobre la persecución contra la IDT llevada a cabo por el PCCh, entre los años 2011 y 2017, al menos 400 000 de sus miembros fueron arrestados. Se encuentra muy bien documentado que el número de creyentes de la IDT que han muerto como resultado de la persecución desde su creación ha llegado a 101.