Un musulmán de Sinkiang logró escapar cuando estaba siendo trasladado para una lectura de cargos, pero, al final, tuvo que entregarse pues no tenía ningún lugar donde esconderse.
En el mes de marzo, Mou Guojian, un musulmán hui del condado de Emin, en la prefectura de Tacheng, fue arrestado hace varios años por recitar el Corán en una mezquita sin tener una licencia por parte del Estado para poder hacerlo. Desde entonces, ha permanecido arrestado.
No obstante, mientras estaba siendo trasladado para su lectura de cargos en el mes de septiembre, huyó de la policía con el pretexto de que quería ir al baño.
Cuando los oficiales de policía se percataron de esto, de inmediato bloquearon los caminos que llevaban a la villa de la que había escapado el señor Mou. Las autoridades también enviaron a casi treinta policías de las fuerzas especiales fuertemente armados para que se apostaran en las villas e intersecciones viales cercanas.
Los policías locales llevaron a cabo una búsqueda casa por casa en los hogares cercanos. Se colocaron avisos relacionados con su arresto en las distintas villas y se publicaron mensajes en línea en WeChat que decían: “Se dará una recompensa de 50 000 yuanes a quien dé una pista sobre el paradero del señor Mou o conduzca a su captura directa”.
Los oficiales de policía también llamaron por teléfono a todos sus amigos y familiares para preguntar sobre su paradero. Finalmente, el señor Mou se dio cuenta de que no tenía donde esconderse y que, tarde o temprano la policía lo encontraría. Terminó entregándose. Posteriormente reveló que había escapado pues quería ver a sus padres, ya que estaban extremadamente angustiados por su arresto.
Es incierto durante cuánto tiempo se mantendrá bajo custodia al señor Mou. De acuerdo con un delegado del Partido, la mayoría de musulmanes aprehendidos reciben sentencias de prisión que van de los tres a los siete años. En realidad, la mayoría de los detenidos pueden pasar toda su vida arrestados.
Informado por Li Zaili