Cinco diferentes compañías continuamente presentan espectáculos de danza y música clásica china en 155 ciudades de todo el mundo. La compañía Shen Yun ha sido fundada y es administrada por practicantes de Falun Gong y el PCCh ha intentado repetidamente evitar que teatros occidentales le permitan presentarse.
por Massimo Introvigne
Sus vallas publicitarias son realmente llamativas y es difícil no verlas. Mientras los automovilistas conducen por las carreteras de varios países occidentales, enormes carteles publicitarios pertenecientes a Shen Yun los saludan repetidamente. Y dicha publicidad es realmente efectiva: más de un millón de personas en 155 ciudades diferentes han visto a una de las cinco compañías de Shen Yun presentar su espectáculo de danza y música tradicionales chinas. Las compañías se han presentado en los mejores teatros del mundo, incluido el Lincoln Center de Nueva York, el Royal Festival Hall de Londres y el Palais des Congrès de París. La mayoría de los músicos y bailarines de Shen Yun entrenan en Cuddebackville, Nueva York, antes de presentarse ante el público de los cinco continentes.
No obstante, cada nuevo espectáculo provoca que el Partido Comunista Chino (PCCh) enloquezca. El consulado y las embajadas chinas les envían mensajes a los teatros, instándolos a cancelar las actuaciones de Shen Yun, advirtiendo que, si no toman en cuenta dicha “sugerencia», las relaciones entre China y los respectivos países se verán perjudicadas.
Shen Yun fue inaugurada en el año 2006, y ya en el año 2007, el consulado chino en San Francisco intentó detener su presentación en el Condado de Orange. El consulado de Chicago repitió dicho accionar en el año 2008 y su homólogo en Houston en el año 2010, con el consulado en San Francisco volviendo a interferir en el año 2012 al intentar evitar que Shen Yun se presentara en Seattle.
La razón de este accionar es que Shen Yun fue creado por practicantes de Falun Gong, un movimiento prohibido y catalogado como xie jiao («enseñanzas heterodoxas») en China, el cual es severamente perseguido. Si bien el objetivo de las presentaciones de Shen Yun es preservar una herencia cultural que podría desaparecer para siempre en China, y la mayoría de los espectáculos consisten en danzas y música clásica china, un par de sus ballets están dedicados a Falun Gong, y uno de ellos describe la persecución a la que se ven sometidos los creyentes de Falun Gong en China.
En Estados Unidos, los intentos de amenazar a los teatros fracasaron. Las ciudades y los teatros han reaccionado fuertemente contra los intentos llevados a cabo por China para interferir en su programación cultural. En el año 2007, el entonces presidente de la Junta de Supervisores del Condado de Orange escribió una carta pública en la que denunciaba las tentativas realizadas por Pekín para presionar a los funcionarios: «Su carta es una solicitud formal para que la Junta de Supervisores del Condado de Orange coopere con la represión contra Falun Gong implementada por su Gobierno”. Chris Norby escribió: “Me siento personalmente insultado por su solicitud y ciertamente no la cumpliré”. Otras ciudades reaccionaron de manera similar.
Los intentos por evitar la presentación de los espectáculos de Shen Yun se trasladaron a Europa. Nuevamente, consulados y embajadas chinas comenzaron a intervenir. Sin embargo, España, Países Bajos y Alemania rechazaron su intento de interferir en la libertad artística y religiosa de los respectivos países. En Dinamarca, durante este año (2018), estalló un escándalo. El Teatro Real Danés rechazó la solicitud de Shen Yun para actuar en sus instalaciones, alegando razones artísticas para tomar dicha decisión. No obstante, medios de comunicación locales descubrieron que los representantes de dicho teatro se habían reunido con diplomáticos chinos, quienes los habían instado a no llevar a cabo negociaciones con Shen Yun.
Cuando la intimidación falla, el PCCh intenta atemorizar a los teatros enviando correos electrónicos firmados por personas que dicen ser miembros de Falun Gong y que realizan pedidos extravagantes, o advierten violencia contra los intereses chinos.
En general, la campaña contra Shen Yun instigada por el PCCh ha sido notablemente infructuosa. Incluso puede haber atraído a más personas al espectáculo, incluyendo a turistas chinos en Estados Unidos y en otros países. No obstante, el PCCh continúa acercándose a los teatros y a las autoridades occidentales, instándolos a cancelar los espectáculos de Shen Yun. Cada vez que Gobiernos extranjeros y las ONG denuncian violaciones contra los derechos humanos y la persecución religiosa en China, el PCCh suele reaccionar denunciando la injerencia extranjera en los asuntos internos chinos. No obstante, el caso de Shen Yun demuestra que, cuando se trata de grupos que critican al PCCh, los intentos chinos de interferir y limitar la libertad de expresión en otros países cada vez son más habituales.