La campaña para hacer que la religión tenga “características chinas” continúa. Ahora los templos budistas sienten la presión y ven comprometidas sus creencias.
Las autoridades de la provincia noroccidental de Shaanxi han ordenado que los templos budistas incluyan ceremonias y propaganda nacionalistas en sus servicios y en sus instalaciones. Los templos están pasando gradualmente a estar bajo el control de las autoridades, lo que lleva a las creencias religiosas hacia un proceso de “sinización”.
Un ejemplo típico del esfuerzo del Gobierno es la ciudad de Baoji en Shaanxi. El 6 de octubre de 2018, la Oficina de Asuntos Religiosos de la ciudad convocó una reunión sobre religión en el Hotel Yucai, ubicado en el distrito de Chencang, y exigió que los templos locales enarbolaran la bandera nacional, realizaran una ceremonia de izamiento de la bandera y cantaran el himno nacional. Un participante informó que el Departamento de Trabajo del Frente Unido emitió un documento oficial de “encabezado rojo” en octubre, exigiendo que las religiones existentes se transformaran en credos “con características chinas”.
Aproximadamente una semana después, los funcionarios de la Oficina de Asuntos Religiosos de la ciudad, de la Oficina de Asuntos Civiles y del Departamento de Trabajo del Frente Unido llegaron al Templo Huayan del distrito de Chencang para poner en marcha la política de izamiento de la bandera. Al maestro del templo (título honorífico para los monjes y monjas budistas), que tiene más de ochenta años, se le solicitó que cavara un hoyo y construyese una estructura de cemento para colocar la bandera. El maestro se negó debido a su avanzada edad.
“Debe hacer la excavación, sin excusas”, respondió un funcionario gubernamental.
El asta de la bandera finalmente se erigió y, a finales de octubre, el templo celebró una ceremonia de izamiento de la bandera presidida por el jefe de la aldea.
Un monje dijo muy desesperanzado: “si no cumplimos con las órdenes [del Gobierno], nos perseguirán. En principio, marcharse de casa para practicar el budismo era buscar la tranquilidad. Ahora, el Estado nos dice lo que podemos y no podemos hacer y nos impide estar en paz”.
Los templos budistas no son las únicas instituciones religiosas que sufren por la política de “sinización”. El 31 de julio de 2018, la Sexta Conferencia Conjunta de Grupos Religiosos del país emitió una declaración conjunta en la que pedía que se adoptaran nueve prácticas específicas en lugares religiosos, incluida la organización de ceremonias de izamiento de bandera. El documento exige que las comunidades religiosas y los creyentes fortalezcan la conciencia nacional y cívica, y que vinculen su propio destino con el del Partido y el Estado.
Tras la Conferencia, banderas chinas ondean en lugares religiosos de todo el país. La bandera nacional se ha izado incluso en el famoso Templo Shaolin de 1500 años.
Los trabajos de “sinización” de los templos budistas están muy avanzados. El 23 de octubre, el templo Huguo Jile en el distrito de Chencang también colocó la bandera nacional frente al templo. Además, carteles de los “Valores socialistas fundamentales” y otras consignas de propaganda se colgaron en los muros del templo.
El 3 de noviembre, cuando el templo celebró una ceremonia de apertura de ojos (una ceremonia para consagrar nuevas estatuas de Buda u otras deidades), se escuchó primero el himno nacional. Funcionarios gubernamentales del Departamento de Trabajo del Frente Unido, la Oficina de Asuntos Religiosos y la Oficina de Asuntos Civiles de la ciudad también participaron en la ceremonia. Las autoridades incluso desplegaron policías especiales para mantener el orden.
El mensaje de las autoridades que supervisaban la ceremonia era claro: “Sin importar tus creencias, debes cumplir con las políticas nacionales. Primero debe amar a tu país y, solo entonces, podrás amar a tu religión”, explicó un funcionario del Departamento de Trabajo del Frente Unido. “La bandera nacional es el símbolo del pueblo chino. La manifestación concreta del patriotismo es izar la bandera nacional”.
La amenaza de las nuevas políticas de “sinización” para la religión también fue clara. “Izar la bandera nacional en el templo simboliza que el templo está bajo el control del Estado. Debes hacer lo que te ordenen hacer”, explicó un monje local. “Si no obedeces, serás detenido”.
Un creyente budista local indicó que el Gobierno está haciendo estas cosas en el templo para obligar a las personas a apartarse de su verdadera fe.
El 27 de octubre, el templo de Yunliang en el poblado de Muyi, distrito de Chencang, celebró una ceremonia de izamiento de bandera presidida por el secretario de la aldea. También se han visto obligados a colgar carteles que rezan: “Persiste en la ‘sinización’ de la religión” y “Mejorar la gestión de la religión con leyes”, así como otros carteles con propaganda en las paredes del templo.
En una entrevista, el profesor Sen Nieh de la Universidad Católica de América señaló que el motivo del caos religioso actual en China continental se produce porque el Partido Comunista obliga a las personas con creencias religiosas a escuchar al Partido en primer lugar y a afirmar que el Partido Comunista es su verdadero líder.
Información de Zhou Xiaolu