Utilizando metáforas agrícolas, las autoridades hacen todo lo posible para «excavar, reducir y erradicar» a sus enemigos con la ayuda de ciudadanos que, al igual que lo que sucedía durante la Revolución Cultural, se denuncian mutuamente.
A principios de 2017, las autoridades de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang lanzaron una campaña tendiente a «excavar, reducir y erradicar» las denominadas «tres fuerzas» (terrorismo, separatismo y extremismo religioso) y a las «personas hipócritas» (aquellas que no son verdaderamente leales al Partido Comunista Chino). La campaña alienta a los ciudadanos a denunciarse mutuamente, poniendo a todos en peligro, ya que cualquiera puede ser perseguido bajo el pretexto de ser «culpable por asociación«.
El 27 de febrero de 2017, durante un mitin antiterrorista celebrado en Urumchi, la capital de Sinkiang, el secretario del Partido Comunista de la región, Chen Quanguo, dijo que Sinkiang no podía estar en paz si no eliminaba los peligros de surgimiento de terrorismo existentes. Es así que se puso en marcha la campaña tendiente a «excavar» (similar a cuando se desentierra la suciedad, o se excava hasta llegar a la raíz de un problema), «reducir» (reducir las amenazas) y «erradicar» (es decir, palear la tierra infértil y arrancar las cosas de raíz) las amenazas contra el régimen percibidas. Ese mismo día, más de 10 000 personas que se hallaban presentes en la manifestación, entre las que se incluían oficiales de policía de seguridad regular y pública, así como milicias de base y fuerzas de reserva, se subieron a los vehículos y se dirigieron a las zonas asignadas en Sinkiang para llevar a cabo una misión de «mantenimiento de la estabilidad».
Casi dos años después, algunos lugareños de Sinkiang le contaron a Bitter Winter sus experiencias relacionadas con esta campaña puesta en marcha para «excavar, reducir y erradicar».
Un profesor universitario en Sinkiang afirmó que luego del lanzamiento de la campaña, lo primero que hicieron los funcionarios del Partido fue darles a los estudiantes y a los profesores la oportunidad de confesar: cualquiera que hubiera participado en actividades religiosas, hubiera visitado lugares religiosos, o hubiera participado en asuntos relacionados con la religión, podría informarlo a las autoridades y justificarse. Si reconocían su comportamiento y lo informaban de manera proactiva, podrían «evitar» ser castigados.
Pero evitar ser castigados no significa necesariamente lo que uno podría esperar, tal y como explicó el instructor. “‘Exención de castigo’ no significa que no habrá ningún castigo. Depende de si dices la verdad y si lo que dices es completamente cierto. En el futuro, si alguien vuelve a proporcionar evidencia en tu contra y menciona cosas que no hayas confesado, el castigo que recibirás será mayor”.
El profesor le dijo a Bitter Winter que, a principios de 2018, una universidad en Sinkiang ya había «desenterrado» al menos a 50 personas, y más de 20 personas habían sido castigadas hasta ese momento. Los profesores jubilados tampoco se habían librado de dicho castigo. En casos de poca importancia, estas personas habían perdido sus bonificaciones durante un año. En casos graves, habían sido enviadas a campamentos de transformación por medio de educación. En algunas ocasiones, algunas personas habían sido «desenterradas» únicamente por tener en su posesión libros islámicos.
Esta campaña de excavación, reducción y erradicación ha excedido por mucho el ámbito de eliminación de «fuerzas violentas y terroristas». El aspecto más efectivo de la operación tendiente a excavar, reducir y erradicar es hacer que la gente se denuncie mutuamente, «ahondar» en los problemas ideológicos y desarraigar a los enemigos del gobierno, incluso si estas personas no tienen nada que ver con las denominadas tres fuerzas.
Un funcionario gubernamental de la región sureña de Sinkiang le dijo al reportero: «Una unidad de trabajo arrestó a más de 20 uigures durante una operación. Cualquier uigur que haya visto videos sobre las ‘tres fuerzas’, que haya estado en salas clandestinas de lectura de las Sagradas Escrituras, o que haya participado en peregrinaciones a La Meca —aunque lo haya hecho 30 años atrás— será arrestado. Cuando una persona es arrestada, se la coacciona para que proporcione los nombres de otras personas que conoce. Los oficiales de seguridad pública investigarán a cualquier persona que haya estado en contacto telefónico con la persona en cuestión. Debido a ello, muchos más uigures han sido arrestados. Existe una regla no escrita aquí: tan pronto como el gobierno crea que existe un problema con un uigur, sus padres, hijos y nietos deberán enfrentarse a múltiples obstáculos. Como consecuencia de ello, los uigures ya no pueden abandonar el sur de Sinkiang para buscar trabajo en otros lugares».
La campaña tendiente a excavar, reducir y erradicar también ha sido implementada en lo que respecta al programa «estancia en el hogar» (en el cual agentes gubernamentales son obligados a vivir con musulmanes y a vigilar cada uno de los movimientos que estos realizan en sus hogares). Un documento del programa de estancia en el hogar, previamente divulgado por Bitter Winter, exige que el personal de estancia en el hogar ayude a las comunidades a denunciar a cualquier persona que tenga una buena relación con personas «involucradas en violencia o terrorismo, extremismo religioso, o casos de enseñanza o estudio ilegal de las Sagradas Escrituras».
Otro medio para excavar, reducir y erradicar es la tortura a la que se ven sometidos los detenidos musulmanes para que proporcionen los nombres de musulmanes religiosos. Según un infiltrado en un campamento de transformación por medio de educación, algunos lugares incluso han estipulado «cuotas de excavación, reducción y erradicación» para los detenidos. En otras palabras, los detenidos deben proporcionar los nombres de muchas otras personas sospechosas de estar «involucradas en terrorismo».
La madre de un detenido uigur le dijo a Bitter Winter que el año pasado su hijo había sido confinado en un campamento de transformación por medio de educación por haber utilizado la aplicación para teléfonos móviles Zapya. La policía dijo que la razón por la que lo mantuvieron detenido fue porque querían seguir «excavando, reduciendo y erradicando». La policía explicó lo siguiente: «Por ejemplo, si hay un ‘extremista’ en su familia, este será detenido primero. Luego, será gradualmente interrogado y la gente que conozca y con la que se comunique será ‘eliminada’ una por una. Los miembros de otras familias serán ‘eliminados’ de esta manera. En última instancia, todos los enemigos del gobierno serán eliminados. De esta manera ‘se destruirán las ramas y las raíces’».
Existe el temor de que la obligación de denunciarse mutuamente, teniendo en cuenta las cuotas y el temor al castigo, dé lugar a numerosas acusaciones falsas e injusticias. La extrema presión ejercida por las autoridades sólo aumenta el riesgo de que se produzcan falsas acusaciones. Como ejemplo de la presión ejercida, los lugareños citan un artículo publicado el 3 de diciembre de 2018 en el sitio web oficial de la Comisión de Desarrollo y Reforma de Sinkiang que dice: «Guiar a toda la aldea a jurar lealtad de manera proactiva para exponer y denunciar personas, llevar a cabo vigorosamente actividades tendientes a ‘excavar, reducir y erradicar’, y realizar ‘exposiciones, autorreflexiones, propaganda y condenas’ a escala masiva». El artículo además afirma que las autoridades locales han utilizado este método para castigar a doce «personas hipócritas» y para purificar a los miembros del Partido que forman parte de la organización de la aldea. Al mismo tiempo, el artículo afirma que los aldeanos que se comportan bien son incentivados y llamados a acercarse a la organización del Partido de manera proactiva.
En marzo de 2018, un informe sobre los miembros del Partido que juraban lealtad, publicado por la Agencia Forestal y de Pastizales de Sinkiang, mencionó la necesidad de «establecer un sistema de trabajo sólido para poder denunciar y exponer personas, participar en charlas francas, responsabilizar personas, descubrir con prontitud pistas florecientes, tendenciosas y potenciales, y continuar llevando a cabo la campaña tendiente a ‘excavar, reducir y erradicar’, excavando y erradicando por completo a las posibles ‘personas hipócritas’».
En febrero de 2017, el sitio web del condado de Shule, en Sinkiang, publicó un informe en el que se exigía “la puesta en marcha en profundidad de la campaña tendiente a ‘excavar, reducir y erradicar’, así como también continuar excavando de manera profunda, reprimiendo de manera severa, como si se estuviera desenterrando alfalfa, y erradicando de manera limpia y meticulosa el caldo de cultivo de los elementos hostiles».
Estas técnicas —y las metáforas utilizadas para describirlas y promoverlas— recuerdan a muchas de las utilizadas durante la Revolución Cultural. El sitio web del gobierno de Sinkiang está repleto de retórica que anima a la gente a denunciar y a exponer a los demás ante las autoridades, así como a criticar y a denunciar personas públicamente. Durante la Revolución Cultural, el PCCh alentaba a colegas, amigos, e incluso a parejas casadas a denunciarse y a exponerse mutuamente. En el año 1958, al menos 300 000 ciudadanos que realizaron críticas veladas contra las autoridades fueron denunciados y expuestos, tildados de «derechistas» en la lucha de clases, y sometidos a persecución política. Tal y como Bitter Winter ha informado anteriormente, algunas de las llamadas «personas hipócritas» fueron denunciadas y sentenciadas a 20 años de prisión simplemente por haber participado en una peregrinación 23 años atrás o por no haber detenido algún «discurso reaccionario» durante un funeral.
Información de Li Zaili