Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Una colección de informes de Bitter Winter sobre cómo los cristianos en China, frente a la persecución, continúan practicando su fe privados de sus lugares de culto.
La represión existente en Sinkiang afecta a todas las religiones. La atención del mundo se centra en los uigures, pero el PCCh también persigue a los miembros de movimientos cristianos.
En China, los oficiales de seguridad pública encierran a las personas en manicomios por dinero o para evitar la molestia de los procedimientos legales, sometiéndolos a años de tortura.
Catalogados como los criminales más buscados solo a causa de su fe, los miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso son perseguidos por el régimen y obligados a esconderse, poniendo sus vidas en grave peligro.
Las operaciones organizadas para reprimir a la Iglesia se están extendiendo por toda la provincia; la ronda más reciente fue puesta en marcha este otoño en la ciudad portuaria de Qingdao.
Miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso comparten sus terribles experiencias en las cuales debieron pasar hambre, fueron privados del sueño, golpeados o sometidos a otras formas de tortura mientras se encontraban detenidos.
En Sichuan, dos tribunales condenaron a un grupo de miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso a prisión –a penas que oscilan de cuatro años y medio a 11 años– y los sancionaron con exorbitantes multas.
Un cristiano de la Iglesia de Dios Todopoderoso le relata a Bitter Winter su terrible experiencia al cumplir una condena de cuatro años y medio de prisión a causa de su fe.
Para los cristianos, una de las actividades más importantes en la práctica de su fe es compartir el evangelio. Pero no en China, donde está prohibido.
No se les permite tener sus propios lugares de adoración ni unirse a los lugares de adoración chinos. Además, han sido puestos bajo vigilancia y son blanco de investigaciones secretas.
Incluso las pocilgas, los corrales de ovejas y los cementerios pueden convertirse en lugares de reunión para los cristianos chinos; siempre y cuando les permitan evadir interrogatorios e inspecciones por parte del Estado.
Arrestada a causa de su fe, Ren Cuifang, de 30 años, falleció el decimosegundo día de su detención. Tras ver su cuerpo magullado, la familia confirmó que había sido torturada hasta morir.
Pastor Song Yongsheng fue presidente del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías de Shangqiu. Agotado por el control del PCCh, se suicidó el 17 de julio saltando desde el quinto piso de la Iglesia, dejando solo una nota de suicidio y mucha confusión.
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