Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
El 11 de abril, las autoridades ordenaron demoler por la fuerza parte de una mezquita recientemente construida en una aldea de la provincia de Gansu y luego arrestaron a las personas que compartieron la noticia.
Mientras el PCCh avanza con su plan de 5 años para “sinificar” a los musulmanes fuera de Sinkiang, numerosos lugares de adoración en la provincia fueron despojados de sus símbolos religiosos.
Las autoridades adoptan medidas de vigilancia, tales como drones, policías vestidos de civil y redes móviles bloqueadas, para mantener en secreto las medidas represivas implementadas contra las personas religiosas.
Fuera de Sinkiang, en las provincias que poseen una alta concentración de musulmanes, los símbolos y las tradiciones chinas se están apoderando cada vez más de todo lo relacionado con el islam.
Las autoridades de la prefectura de Tacheng sepultaron las ruinas de siete mezquitas destruidas para ocultar cualquier vestigio de la demolición.
Una mezquita en construcción emplazada en Gansu fue demolida y los musulmanes que vivían cerca de la misma fueron obligados a trasladarse a otro lugar.
La manifestación del 8 de agosto de 2018, con 30,000 musulmanes impidiendo la demolición de una mezquita en las afueras de Sinkiang, demuestra que China está tomando medidas enérgicas contra el Islam per se, no solo contra el «separatismo Uigur».
El gobierno chino tardó 14 días en destruir una gran mezquita Hui en el distrito de Manás de la prefectura autónoma Hui de Changji, en Sinkiang.
Siete de ocho mezquitas situadas en una de las áreas del poblado de Lianmuqin en Sinkiang, han sido demolidas; la que aún permanece en pie es estrictamente vigilada.
En Sinkiang continúa habiendo una campaña masiva contra el islam. Se han demolido las mezquitas que los musulmanes de la zona han construido con años de esfuerzo y se ha arrestado tanto a los imanes como a los manifestantes.
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