Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Mientras innumerables templos budistas están siendo destruidos en toda China, las estatuas de deidades en los lugares de culto que aún persisten están siendo reemplazadas por las de Mao Zedong.
En la ciudad de Dengfeng, en Henán, las autoridades están implementando un extenso programa de demolición que tiene como objetivo sitios religiosos: partes de 36 templos, incluyendo diez sitios históricos y culturales protegidos, han sido destruidos.
Un templo budista fue demolido en Hunan y varias personas fueron golpeadas mientras protestaban en contra de la demolición.
Un total de 300 miembros del personal fueron enviados a demoler el santuario en Henán en la víspera del más grande festival de China.
Hace cuatro años, las autoridades movilizaron a más de 1000 personas para destruir seis templos budistas en la provincia de Zhejiang.
Delincuentes contratados arrasaron recientemente un templo en Hubei a pesar de que contaba con todos los permisos del gobierno.
Posteriormente, el funcionario transmitió en vivo la demolición del templo budista por medio de WeChat.
Varios templos budistas han sido cerrados o demolidos por las autoridades chinas en Henán.
Un templo en Zhejiang fue destruido y los creyentes fueron expulsados en una acción respaldada por el PCCh.
Viviendas situadas en un punto de reunión budista en la ciudad de Kunming fueron demolidas por la policía china, dispersando a docenas de budistas.
Las autoridades locales en Yunnan recurrieron al engaño para demoler ilegalmente un templo.
Un templo de las Tres Autonomías en la provincia de Yunan fue demolido de forma arbitraria para dar paso a la “fusión”.
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