Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
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Una nueva ley promete "sinificar" a los musulmanes chinos que se encuentran fuera de Sinkiang en un plazo de cinco años. El texto es secreto, pero la misma ya está siendo aplicada.
No solo los musulmanes de Sinkiang son perseguidos. China reprime a musulmanes que se encuentran cerca de Pekín, ataca a una mezquita para mujeres y los fieles deben esconder sus amados libros.
Utilizando metáforas agrícolas, las autoridades hacen todo lo posible para «excavar, reducir y erradicar» a sus enemigos con la ayuda de ciudadanos que, al igual que lo que sucedía durante la Revolución Cultural, se denuncian mutuamente.
No hay escapatoria a la persecución religiosa. En las aldeas más pequeñas, las mezquitas son destruidas, las personas son obligadas a infringir las leyes halal y son sometidas a reeducación.
Funcionarios gubernamentales están supervisando los servicios funerarios en Sinkiang y prohibiendo que los musulmanes conmemoren a sus muertos según su fe y sus costumbres.
Las autoridades de Sinkiang están obligando a los hombres musulmanes a deshacerse de los atributos tradicionales, o de lo contrario, serán confinados en campamentos de «transformación por medio de educación».
Los estados seguros de sí mismos no intentan controlar cada impulso hacia lo sobrenatural que sienten sus ciudadanos. ¿Por qué Xi Jinping está tan preocupado por las religiones independientes?
Continuando con su campaña tendiente a eliminar todo tipo de religión, funcionarios chinos han estado desmantelando sistemáticamente símbolos religiosos en sitios de culto.
Aclamados por las autoridades durante años como “buenos musulmanes” o “minoría modelo”, los ciudadanos chinos de etnia hui están experimentando actos de represión contra su cultura y tradiciones como parte de la campaña contra el islam implementada en las provincias y regiones del noroeste.
Debido a que las autoridades chinas han prohibido los productos fabricados especialmente para musulmanes, los negocios han tenido que enfrentar pérdidas sustanciales directas e indirectas.
Una conferencia académica celebrada en la Universidad George Washington —de excelente nivel científico y significativa participación del público— ilustra y confirma la pesadilla que se vive diariamente Sinkiang, donde la religión es considerada una «patología» y un pueblo entero es sometido a «rectificación» debido a que es considerado un pueblo «equivocado».
Bitter Winter continúa exponiendo las mentiras dichas por las autoridades chinas sobre los campamentos de “transformación por medio de educación”.
En su afán por «mantener la estabilidad» en la provincia con mayoría musulmana, las autoridades se han sumido en ridículos abismos y están perjudicando efectivamente a los dueños de negocios.
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