Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Un viaje fotográfico a través de una región cuya identidad está amenazada por la "sinización".
Un imán musulmán de etnia hui fue detenido mientras se hallaba en su hogar emplazado en Sinkiang y fue trasladado a un campamento de «transformación por medio de educación».
Según el régimen comunista, los musulmanes reprimidos se sienten muy felices de ser reprimidos. Y la verdadera víctima es el Gobierno, insultado engañosamente por quienes defienden los derechos humanos.
Las autoridades realizaron redadas en múltiples lugares de congregación de Sola Fide a principios de este año, arrestando a creyentes y confiscando los activos de las Iglesias.
Los cristianos chinos no solo están siendo arrestados por segunda vez en sus vidas, sino que también se les niegan los derechos humanos fundamentales.
Las autoridades han emitido una notificación según la cual, cualquier manifestación de creencias religiosas, como usar una burka o tener una barba larga, es similar a un crimen, y los «delincuentes» deben entregarse como consecuencia de ello.
En Urumqi, quien quiera asistir a un servicio religioso en una iglesia de las Tres Autonomías, controlada por el Gobierno, tendrá que presentar su documento de identificación y pasar un control de reconocimiento facial para verificar su identidad.
Las autoridades chinas están obligando al pueblo a adorar a su líder y al Partido en vez de a Dios.
Una lideresa de la iglesia, arrestada en marzo en la ciudad de Korla, en Sinkiang, permanece bajo custodia hasta la fecha.
El hombre fue detenido en abril del año pasado por estudiar el Corán con un imán. Incluso en la actualidad, su liberación es incierta.
China había negado durante mucho tiempo la existencia de campamentos de «transformación por medio de educación» para musulmanes en Sinkiang. Actualmente proclama que todo está bien, ya que una nueva ley los legalizó.
El arresto arbitrario de musulmanes en Sinkiang está teniendo efectos devastadores sobre las familias y la vida personal tanto de los arrestados como de aquellos que logran escapar de las prisiones o de campamentos de “transformación por medio de educación”.
La Escuela Técnica de Distribución y Comercialización de Sinkiang, en Shihezi, tiene estudiantes de etnias uigur y kazaja, razón por la cual se encuentra bajo estricta vigilancia gubernamental.
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