Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Un viaje fotográfico a través de una región cuya identidad está amenazada por la "sinización".
Ya que sus padres se encuentran en campamentos de transformación por medio de educación, el único momento en el que los niños pueden verlos es a través de una videollamada corta, que es monitoreada por las autoridades.
Las autoridades del condado de Lop de la prefectura de Jotán, en Sinkiang, están supervisando estrictamente a unos 2000 niños uigures de familias cuyos padres fueron llevados a campamentos de «transformación por medio de educación».
Surgió nueva información acerca de que mujeres que son retenidas en la Base de Producción de Artesanías Étnicas de Kazanqi —la cual recientemente se ha convertido en un campamento— son forzadas a trabajar.
El mes pasado, autoridades de la provincia de Sinkiang arrestaron a cristianos por diferentes razones. Algunos de ellos fueron enviados a campamentos de «transformación por medio de educación».
Después de que sus padres son llevados a campamentos de «transformación por medio de educación», los niños a menudo quedan abandonados a su propia suerte. En la actualidad, las autoridades están construyendo hogares de acogida para ellos.
Más de diez estudiantes que estaban llevando a cabo prácticas en la Universidad de Medicina de Sinkiang fueron expulsados y otros fueron suspendidos por practicar el Islam.
Un musulmán en Sinkiang recibió una sentencia de prisión de cinco años por dejarse crecer una «barba anormal».
Las autoridades de la prefectura de Tacheng sepultaron las ruinas de siete mezquitas destruidas para ocultar cualquier vestigio de la demolición.
En Sinkiang, gran cantidad de niños se ven obligados a vivir solos porque sus padres están detenidos en campamentos de transformación por medio de educación.
La situación de los derechos humanos está empeorando rápidamente en Sinkiang, donde las personas locales temen defenderse por miedo a las represalias de las autoridades.
Dos cristianas de Sinkiang fueron detenidas el año pasado y su familia sigue siendo hostigada y vigilada las veinticuatro horas del día.
Un conjunto de 16 edificios, un centro de artesanía étnica, ha sido convertido en un campamento de “transformación por medio de educación” en Sinkiang.
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