Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Este cruel método de tortura que lleva a un daño físico y psicológico severo se utiliza a menudo para interrogar a los creyentes religiosos en China.
El padre Liu Maochun de la diócesis de Mindong, quien se niega a unirse a la Asociación Patriótica Católica China, fue arrestado y privado del sueño para quebrantar su voluntad.
Utilizando las restricciones impuestas a causa de la pandemia como pretexto para verificar la identidad de los residentes, las autoridades capturan a los creyentes de este grupo religioso prohibido.
Un miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso relata sus tres años y seis meses en prisión, donde fue obligado a comer cucarachas y se le prohibió ir al baño durante días.
Un creyente de la Iglesia de Dios Todopoderoso recuerda el tiempo que pasó en prisión luego de ser arrestado y posteriormente sentenciado a causa de su fe.
Luego de las implacables medidas represivas del PCCh contra la Iglesia de Dios Todopoderoso, numerosas familias quedan destrozadas cuando sus seres queridos son enviados a prisión a causa de su fe.
Un creyente de la Iglesia de Dios Todopoderoso, arrestado a causa de su fe, fue torturado durante seis días antes de ser sentenciado a seis años de prisión.
El Gobierno chino utilizó el mortal virus para perseguir a los creyentes de los grupos religiosos prohibidos, ingresando a sus hogares con el pretexto de «prevención de la epidemia».
La pandemia de coronavirus no impide que el Gobierno chino persiga a los objetores de conciencia católicos de la diócesis de Mindong.
Además de los musulmanes, los testigos de Jehová y los creyentes de la Iglesia de Dios Todopoderoso y de otros grupos perseguidos también son enviados a campos de internamiento para ser «transformados».
En lugar de ayudar a las personas, algunas instituciones de salud mental emplazadas en China son utilizadas para «reformar» a los disidentes, e incluso a las personas que presentan peticiones ante el Gobierno o a los creyentes religiosos.
Los creyentes de la Iglesia de Dios Todopoderoso son condenados a extensas penas de prisión y mientras se encuentran detenidos son brutalmente presionados a abandonar su fe.
Los miembros de grupos religiosos catalogados como «sectas malvadas» por el régimen chino están siendo «transformados» por medio de adoctrinamiento mientras cumplen sus sentencias.
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