Este cruel método de tortura que lleva a un daño físico y psicológico severo se utiliza a menudo para interrogar a los creyentes religiosos en China.
Encerrada en una jaula de acero por sus creencias
Una creyente de la Iglesia de la Vida de Sinkiang fue torturada durante 24 horas tras ser detenida por organizar una reunión de la Iglesia.