Consideradas por el PCCh como sus más feroces enemigas, las estatuas de las deidades budistas están siendo demolidas a lo largo de China por órdenes del Gobierno central.
por Ye Ling
Las autoridades locales no escatiman esfuerzos en asegurarse de que se lleven a la práctica las exigencias de sus superiores que prohíben que cualquiera –organización o individuo– tenga estatuas de deidades exhibidas al aire libre. Construidos con grandes sumas de dinero y a menudo donados por los creyentes, los íconos religiosos están desapareciendo en todo el país, menospreciando las enormes cantidades de dinero que se gastaron y los recursos humanos que se utilizaron en el proceso.
El Gobierno gasta millones en demoler una estatua
Dentro del templo de Qingguo, ubicado en el poblado de Duqiao, bajo la jurisdicción de la ciudad de Linhai en la provincia oriental de Zhejiang, solía estar una estatua de bronce de 15 metros de alto de Guanyin. El costo de la construcción fue de tres millones de yuanes (aproximadamente 450 000 dólares). El año pasado, su abad recibió un aviso proveniente del Gobierno del poblado donde se ordenaba que la estatua de Guanyin fuera desmantelada, porque “las estatuas religiosas no pueden ubicarse en exteriores”.
Un budista de la localidad dijo a Bitter Winter que para salvar la estatua de Guanyin, el abad del templo envió una solicitud al Departamento de Asuntos Religiosos donde pedía cubrir el ícono y no destruirlo, pero el Gobierno rechazó su solicitud.
En mayo, funcionarios del Gobierno de la ciudad de Linhai fueron a la villa donde se ubica el templo de Qingguo para una reunión y tomaron la decisión final de tirar la estatua de Guanyin. Un mes después, el Gobierno de la ciudad inició un proceso de licitación para las obras de demolición. Una compañía de la ciudad de Luoyang en la provincia central de Henán ganó la licitación para tirar la estatua por 1.08 millones de yuanes (aproximadamente 160 000 dólares).
Poco después de que finalizaron los trámites, veinte trabajadores fueron al templo de Qingguo y construyeron un andamio con tubos de acero alrededor de la estatua de Guanyin. En poco tiempo, la estatua y su pedestal en forma de loto fueron desmantelados.
De acuerdo con informantes, la remoción de la estatua de Guanyin fue una orden que vino del Gobierno central. Si la exigencia no se cumplía, los alcaldes tanto de la ciudad como del poblado y los secretarios del Partido serían castigados. Por tanto, cada nivel del Gobierno era presionado por sus superiores: nadie estaba dispuesto a perder su puesto oficial por este asunto.
“El Estado tiene miedo de que las personas que creen en el budismo aumenten en número e, incluso, superen a los miembros del Partido Comunista, afectando al régimen. Es lo mismo como cuando el Gobierno derriba cruces”, comentó otro budista local. “El Partido Comunista está reprimiendo a la religión porque tiene el poder y hace lo que le viene en gana. El Partido Comunista tiene miedo de no poder controlar a las personas, así que las reprime”.
La estatua de Guayin en un área panorámica popular fue desmantelada
En la villa de Hongyan, una famosa área panorámica en el condado de Pingtan de la provincia suroriental de Fujian, la construcción de una estatua de Guanyin derramando gotas de agua, de más de diez metros de altura, costó un millón de yuanes (unos 150 000 dólares). Fue demolida por la fuerza a finales de mayo.
Según testigos, para impedir que los creyentes obstruyeran el trabajo de demolición, más de 100 empleados, incluyendo funcionarios de seguridad pública y antidisturbios fueron movilizados para rodear el área panorámica y prohibir a los habitantes de la villa acercarse. La estatua estaba compuesta por 99 piedras, así que tomó más de diez días desmantelarla.
De acuerdo con una fuente que solicitó permanecer en el anonimato, en agosto pasado las autoridades ordenaron a la villa de Hongyan que desmantelaran la estatua de Guanyin derramando gotas de agua, afirmando que las estatuas religiosas no pueden construirse en los sitios turísticos o exceder los diez metros de altura. Los íconos religiosos que violen las leyes de construcción también deben ser tirados.
El Gobierno del condado no quería desmantelar la estatua, pero funcionarios de más alto nivel amenazaron con forzar al secretario del comité del condado a renunciar hasta que la estatua fuera desmantelada, dijo la fuente, y añadió: “Xi Jinping toma las decisiones ahora”.
“Se ha ordenado que todas las estatuas budistas que están en exteriores en todo el país sean destruidas. Si protestas en contra de la demolición, se considerará obstrucción y desafío a la ley. Las personas ordinarias nunca han sido compatibles con los funcionarios. El Gobierno es un inframundo criminal. Tal vez hablen con palabras suaves, pero, en realidad, son bandidos”, dijo un creyente local, quien no ocultaba sus sentimientos hacia las autoridades.
En la ciudad de Fuzhou de Fujian, un antiguo templo de Wanfo, que se construyó en el año 1010 y fue aclamado como un sitio sagrado budista, también fue sometido a represión. En marzo, el Departamento de Trabajo del Frente Unido municipal y el Departamento de Asuntos Étnicos y Religiosos ordenaron que las 33 estatuas de la Isla de Guanyin, el monumento icónico del templo, fueran cubiertas. Los funcionarios afirmaron que “había demasiadas estatuas de Guanyin” y la situación tenía que “rectificarse”.
Presionado por el Gobierno, el templo no tuvo otra opción más que gastar casi 200 000 yuanes (unos 30 000 dólares) para cubrir la Isla de Guanyin con una red de seguridad. Las estatuas de arhats del templo también fueron apiladas y cubiertas con una tela roja.