Entrevistas de Bitter Winter sacan a la luz casos de detenciones y castigos incluso por vinculaciones mínimas con religiones.
por Li Zaili
En las escuelas de Sinkiang está estrictamente prohibido celebrar festivales religiosos, estudiar el Corán y, en general, participar en actividades religiosas. Los infractores se enfrentan a despidos, expulsiones y detenciones por delitos administrativos e incluso sus familiares pueden llegar a sufrir las consecuencias. Bitter Winter ya informó en una ocasión que a algunas escuelas en Sinkiang se les había ordenado organizar ceremonias de lealtad al Partido Comunista de China (PCCh). Con estas actividades se pretende prohibir completamente la religión y “arrancar de raíz” las creencias religiosas de las escuelas como parte de la “sinización” de las religiones, asimilando y adaptando las religiones a las necesidades socialistas.
A principios de julio de 2018, un reportero de Bitter Winter visitó varias universidades de Sinkiang para realizar entrevistas, que pusieron de manifiesto que algunos profesores universitarios sufrían represión y persecución por sus creencias religiosas. Los entrevistados pidieron que no se revelara su identidad.
Durante el Festival de Primavera de 2018, un empleado de la universidad ya jubilado publicó unos versos religiosos con caracteres chinos que significan “Cristo” en la puerta del edificio en el que residía. Fue denunciado a las autoridades universitarias y lo castigaron revocando sus privilegios y dejándolo sin su salario básico y el asociado a la productividad. El anciano también fue obligado a hacer un ejercicio de autocrítica ante otros profesores retirados y a escribir textos de “profunda reflexión”. Si esto ocurriese ahora, las consecuencias podrían ser mucho más graves: la persona sería, casi con toda seguridad, arrestada y enviada a un “campamento de transformación por reeducación”. Hace poco, la escuela llevó a cabo una investigación exhaustiva de personas que sospechaba que habían participado en actividades religiosas o visitado sitios religiosos. Más de 20 personas resultaron implicadas.
En febrero de 2018, se descubrieron audios con contenido relacionado con el islam en la computadora de un secretario del Partido en un instituto. El secretario estaba de vacaciones, por lo que la policía registró su oficina y su hogar sin que estuviese presente. Fue relevado de sus funciones y puesto bajo vigilancia durante dos años. También fue degradado, pasó de ser profesor asociado de séptimo nivel a profesor de noveno nivel asignado a una oficina administrativa. Su licencia de profesor fue revocada posteriormente. Este incidente afectará directamente el examen de ingreso a la universidad de su hijo el próximo año y su futura carrera. Le suplicó a las autoridades académicas que lo sometiesen a un castigo adicional para garantizar el futuro de su hijo, pero su petición fue rechazada.
Un talentoso profesor de música del Departamento de Artes fue castigado por descargar el Corán de Internet. La policía lo había estado vigilando y fue arrestado y encarcelado en junio de 2017. Al registrar su casa, la policía encontró una copia impresa del Corán y libros sobre musulmanes y el islam, como Una breve historia de los Hunos y los Uigures. La investigación reveló que el profesor había interpretado música y cantos en los funerales de uigures locales y había enseñado en lengua uigur. Se le expulsó del Partido y de la universidad por este motivo y permanece detenido sin noticias sobre su fecha de liberación.
Uno de los entrevistados indicó que desde que Xi Jinping asumió el cargo la situación de las libertades religiosas en el país había empeorado. “En el pasado, Deng Xiaoping convirtió la revolución en reforma. Ahora no es reforma sino revolución. Hay dos frases destacables en el informe del XIX Congreso Nacional: una cosa es llevar a cabo luchas políticas y otra es llevar a cabo revoluciones. Quienes violen las normas del Partido serán castigados independientemente de su condición o edad”.