Preparándose para la visita del presidente a la ciudad de Qingdao, en la provincia de Shandong, para asistir a las celebraciones del Día de la Marina, las autoridades están incrementando la seguridad en nombre de «mantener la estabilidad».
Li Mingxuan
Según informes de medios de comunicación de China Continental, el 23 de abril, las autoridades celebrarán el Día de la Armada China en la ciudad de Qingdao de la provincia china oriental de Shandong, y se espera que asistan representantes de varios países. Al igual que con cualquier otro evento importante organizado por el Partido Comunista Chino (PCCh), «mantener la estabilidad» se convierte en una tarea política sumamente importante. Esta vez, las autoridades de Qingdao no son la excepción: para evitar cualquier supuesto incidente relacionado con la seguridad, están obligando a los uigures que trabajan en Qingdao a regresar a Sinkiang.
En febrero de este año, el gerente de una empresa emplazada en Qingdao recibió múltiples notificaciones de la policía, exigiéndole que enviara a Sinkiang a más de 50 trabajadores uigures que trabajaban en su fábrica. La razón citada por la policía fue que a las personas de Sinkiang «les gusta causar problemas».
El gerente no estaba dispuesto a despedir a dichos trabajadores, ya que esto daría lugar a pérdidas financieras. Para presionarlo, la policía se unió a la Agencia de Seguridad Laboral, a la Agencia de Prevención de Incendios y a otros departamentos locales, y exigió que la empresa instalara equipos a prueba de explosiones, alambre de púas y otros equipos de seguridad, que cuestan más de 40 000 yuanes (aproximadamente 6000 dólares).
Al ser reiteradamente presionada por la policía, la empresa se vio obligada a enviar a los trabajadores uigures a Sinkiang. Pero esto no fue suficiente, la policía de Qingdao exigió que los trabajadores les enviaran copias de sus boletos de tren, de sus tarjetas de identificación y fotos tomadas en la estación de policía de Sinkiang luego de su regreso a casa.
Un empleado de la empresa afirmó que todos los trabajadores de Sinkiang son muy buenas personas; no solo trabajan duro, sino que también se llevan bien tanto con sus superiores como con sus compañeros de trabajo.
El gerente de otra empresa emplazada en Qingdao que había contratado a más de una docena de trabajadores uigures recibió en marzo una notificación procedente de la policía, exigiéndole que enviara a dichos trabajadores de regreso a Sinkiang antes del Día de la Armada. «Luego de que los trabajadores de Sinkiang se fueran, nadie más trabajó y la fábrica sufrió pérdidas», afirmó el gerente. «De hecho, ellos [los uigures] han trabajado aquí durante muchos años y nunca han causado ningún tipo de problema, pero el Estado tiene la política de echarlos. No nos atrevemos a conservarlos».
Esta no es la primera vez que los trabajadores de Sinkiang son enviados de regreso a sus ciudades de origen. Un trabajador uigur que se estaba preparando para regresar a Sinkiang dijo: “El año pasado nos enviaron de regreso durante la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái celebrada en Qingdao. Posteriormente, solo la mitad de la gente regresó aquí. Esta vez, aquellos que regresan a Sinkiang podrían no ser capaces de regresar”. Los trabajadores también tuvieron que hacerse cargo de pagar todos los gastos de sus viaje de ida y vuelta.
Bitter Winter había informado anteriormente que luego de que algunos uigures de Sinkiang que trabajaban en otras regiones regresaron a Sinkiang, fueron inmediatamente confinados en campamentos de transformación por medio de educación.
Algunos trabajadores uigures que no han sido enviados de regreso a Sinkiang también están enfrentando un momento difícil. El gerente de una empresa le dijo a Bitter Winter que el Gobierno le había exigido designar a una persona para que se hiciera cargo de los trabajadores de Sinkiang.
Los ámbitos de su vida cotidiana están estrictamente limitados. Solo se les permite participar en actividades relacionadas con la fábrica y no pueden salir sin permiso. El gerente reveló que dos trabajadores de Sinkiang salieron de compras al centro comercial en privado y fueron detenidos por la policía. Luego de ello, el gerente fue en persona a pagar su fianza, y solo entonces se les permitió regresar a la empresa.
Un trabajador uigur dijo que los uigures allí no pueden cambiar de trabajo cuando les plazca. Si desean hacerlo, deben obtener un certificado de su empleador original. Solo podrán ser contratados luego de que el nuevo empleador lo reporte a la estación de policía local.
Según pobladores, los trabajadores procedentes de Sinkiang siempre han estado sujetos a la vigilancia de las autoridades de Qingdao. Un ejecutivo de negocios reveló que, desde marzo del año pasado, bajo la supervisión del personal de supervisión, los trabajadores uigures de la empresa no solo tienen prohibido orar, sino que deben pasar 40 minutos todas las noches estudiando el idioma chino y las políticas del PCCh. Cada lunes por la mañana, deben pararse frente a la bandera nacional y jurar lealtad al Partido Comunista. También están obligados a grabar todo eso en video y enviar dicho video a la estación de policía. Normalmente, solo se les permite ver canales de televisión oficiales. Si alguien no “obedece ni estudia adecuadamente”, el personal de supervisión reportará tal hecho al Gobierno de Sinkiang, y sus familiares que viven allí podrán ser arrestados y encarcelados.