En un campamento de «transformación por medio de educación» recientemente descubierto, las autoridades vigilan todos y cada uno de los movimientos de los detenidos.
La semana pasada, Bitter Winter informó que la Escuela Secundaria Wuzan emplazada en la Prefectura Autónoma Kazaja Ili de Sinkiang fue convertida en un campamento de «transformación por medio de educación«.
Nuestro reportero ahora ha descubierto otra escuela de ese tipo que ha sido tomada por las autoridades chinas para alojar a detenidos musulmanes. La Tercera Escuela Intermedia emplazada en el condado de Qapqal Xibe de la región es un edificio de seis pisos que actualmente alberga a casi 600 detenidos. Los ancianos y los enfermos se encuentran alojados en un edificio separado.
El edificio cuenta con tres salas de vigilancia, donde el personal en servicio monitorea las pantallas cada segundo del día. Los detenidos son vigilados incluso cuando se duchan.
Un día típico en el campamento comienza a las 7 de la mañana. A los detenidos se los obliga a estudiar mandarín en grupos de 50 a 60 personas. Se los obliga a cantar canciones en alabanza al Partido Comunista antes de comenzar a comer. La falta de higiene en los campamentos se hace obvia mediante el hecho de que dos detenidos se ven obligados a compartir el mismo plato para comer.
Senewer (seudónimo) visitó recientemente a su padre en el campamento. El mismo fue detenido por enviar un mensaje relacionado con el Islam. Ella reveló que la visita fue reveladora y dijo: «Vi que había estudiantes universitarios encerrados también, e incluso estudiantes de 15 o 16 años de edad. Además, hay cámaras de vigilancia por todas partes. Y cuando vi que había tantas personas de etnia uigur arrestadas, me sentí particularmente atemorizada».
Además de la vigilancia constante, las autoridades toman varias medidas para evitar que las personas huyan o se suiciden. Por un lado, policías equipados con bastones vigilan cada rincón del edificio. La policía armada está equipada con bayonetas sin vainas mientras patrullan el edificio y tienen plena autoridad para usarlas si alguien se rebela.
Las puertas de entrada y salida de las clases han sido encadenadas de tal manera que uno tiene que contraer su cuerpo para poder pasar. Esto se hace para evitar que las personas huyan.
Todas las noches, el personal también busca en las habitaciones tornillos, clavos de hierro o algo por el estilo, para que no puedan ser usados para suicidarse. Según fuentes, es bastante común que los detenidos intenten colgarse o saltar contra el muro.
Informado por Li Zaili