A pesar de haber sido diagnosticada con una grave enfermedad renal, una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso fue sentenciada a cuatro años de prisión a causa de su fe. La misma comparte su experiencia.
por Li Mingxuan
«Mientras estuve encarcelada, me vi obligada a fabricar ropa desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, a veces hasta las 11 de la noche, de 11 a 16 horas diarias», le dijo a Bitter Winter Liu Hui mientras relataba el tiempo que pasó en prisión. «Como estaba mal de salud y no podía completar las tareas a tiempo, a menudo me golpeaban y castigaban: me obligaban a permanecer de pie durante aproximadamente seis horas, hasta la medianoche, y a copiar los reglamentos de la prisión a mano diez veces. Luego de permanecer de pie durante tanto tiempo, me dolía la cintura y la espalda».
Liu Hui es una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) procedente de la provincia oriental de Shandong. Este no es su nombre real, utilizamos un seudónimo para protegerla. En junio de 2013, fue arrestada mientras asistía a una reunión religiosa y luego fue sentenciada a cuatro años de prisión por «utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley». Durante un examen físico que le efectuaron antes de ser llevada a cumplir su sentencia, a la mujer se le diagnosticó una enfermedad renal, pero no se le informó sobre su condición.
Mientras estuvo encarcelada fue obligada a mirar videos en los que se calumniaba a la IDT y a memorizar los reglamentos de la prisión, «Los estándares para ser un buen alumno y niño», Di Zi Gui (弟子 規) en chino, un antiguo manual basado en las enseñanzas del filósofo más influyente de China, Confucio (551-479 a. C.), y otros textos clásicos chinos. Los guardias también intentaron hacerla firmar las «cuatro declaraciones» —arrepentimiento, ruptura de lazos, garantía y crítica— lo que en última instancia significaba traicionar y abandonar su fe. Debido a que se rehusó a hacerlo, fue golpeada casi a diario durante cuatro meses hasta que fue enviada a trabajar en una fábrica de la prisión.
«Recién me enteré de mi condición médica cuando un miembro del personal de la prisión la mencionó por accidente», afirmó Liu Hui.
De acuerdo con las leyes de China, los reclusos con insuficiencia renal causada por diversas enfermedades renales crónicas, que no pueden ser tratadas en prisión, tales como la glomerulonefritis crónica, la pielonefritis crónica, la tuberculosis renal bilateral, la arteriosclerosis renal y similares, son elegibles para obtener la libertad condicional.
“El médico de la prisión afirmó que calificaba para la libertad condicional médica, pero la prisión, en lugar de ocuparse de estos procedimientos por mí, me obligó a trabajar todos los días durante más de diez horas como los demás presos. Cada vez que no podía completar mis tareas, me castigaban”, recordó Liu Hui.
El médico también le dijo que debía someterse a exámenes físicos todos los meses y que no debía efectuar tareas pesadas. A pesar de ello, los guardias instigaron al prisionero encargado de supervisar a otros reclusos trabajadores a asegurarse de que no pudiera ser examinada por «realizar demasiadas tareas». En una ocasión se la privó de su medicación durante casi un mes y, debido a ello, su condición se deterioró. El duro trabajo diario no ayudó. Estaba empeorando cada vez más, pero aún así fue obligada a trabajar como de costumbre. «Mis compañeros de celda me decían que estaba tan delgada que una ráfaga de viento podría volarme», recordó Liu Hui.
Sobrevivió a cuatro años de prisión, pero su angustia no terminó allí: tras su liberación fue frecuentemente acosada. A pesar de su grave enfermedad, no tuvo más remedio que huir de su hogar para evitar ser perseguida. La vida en el exilio ha provocado que su salud se deteriore aún más.
La IDT es el grupo religioso más perseguido en China; la misma fue incluida en la lista de xie jiao en el año 1995. Según el informe anual de la IDT, en el año 2019, por lo menos 19 miembros de la IDT fueron perseguidos hasta la muerte. Entre ellos, Yu Xiangju, procedente de la ciudad de Ankang, en la provincia noroccidental de Shaanxi, fue detenida sin tener en cuenta que padecía hipertensión, cardiopatía y otras enfermedades. Mientras permaneció detenida se le negó la medicación, lo cual provocó un deterioro de su condición. La misma falleció el 29 de marzo.
Un creyente de la IDT procedente de la provincia suroriental de Jiangxi fue detenido a pesar de su enfermedad y permaneció confinado durante meses. Cuando finalmente fue liberado bajo fianza, el joven de 21 años murió.
En el año 2017, una miembro de la IDT procedente de la provincia de Shandong fue sentenciada a tres años de prisión. Su familia recién se enteró de su sentencia un año después. Posteriormente descubrieron que la mujer había sido diagnosticada con cáncer por lo cual solicitaron que se le concediera la libertad condicional médica, pero se les negó.