Hace diez años, en la ciudad de Zhengzhou de la provincia de Henán, una Iglesia doméstica estableció una escuela para que los niños pudieran recibir educación religiosa, y desde entonces dicha escuela ha sido perseguida.
Gu Xi
Luego de que en febrero del año pasado entraran en vigor los nuevos Reglamentos sobre Asuntos Religiosos, las escuelas que poseen algún tipo de afiliación religiosa –ya sea protestante, católica o budista– son perseguidas y, finalmente, obligadas a desaparecer o a aceptar ser incondicionalmente controladas por el Estado. Las tradicionales escuelas dominicales cristianas también están siendo clausuradas, el contenido de sus planes de estudio censurado, y los niños que asisten a las mismas son intimidados.
En agosto de 2008, la Iglesia de Panshi, emplazada en la ciudad de Zhengzhou de la provincia china central de Henán, fundó la “Escuela Colina de Vainilla”, donde un promedio de 80 estudiantes asistían a su jardín de infantes y a su escuela primaria.
«Quería que nuestros niños estuvieran en contacto con la fe cristiana desde temprana edad, pero en las escuelas de China, los niños solo pueden recibir educación atea», afirmó el pastor de la Iglesia, explicando la idea oculta detrás de la escuela.
El administrador de la escuela le dijo a Bitter Winter que las autoridades habían perseguido a la escuela desde su fundación. En abril de 2012, se publicó una notificación de clausura en su entrada. Las autoridades ordenaron la clausura de la escuela y detuvieron al administrador para interrogarlo. El Gobierno acusó a la escuela de impartir educación cristiana, lo cual está en contra de la ideología del Partido Comunista Chino (PCCh), y afirmó que todas sus actividades eran ilegales: el reclutamiento de estudiantes, todas las operaciones financieras y el trabajo misionero.
El pastor de la Iglesia afirma que las acusaciones son infundadas. «No salimos a la comunidad a reclutar estudiantes. Los creyentes de la Iglesia escribieron autorizaciones confiándonos a sus hijos con la esperanza de que los eduquemos», explicó el pastor. «Todos sus padres son cristianos, bajo cuya influencia estos niños han creído en el Señor desde su infancia».
Al ser constantemente presionada, la escuela no tuvo más remedio que mudarse y establecer una escuela clandestina.
El pastor explicó que debido a que las iglesias domésticas son consideradas grupos religiosos ilegales, no hay forma de que sus escuelas puedan ser aprobadas. El artículo 11 de los Reglamentos sobre Asuntos Religiosos estipula lo siguiente: “Las escuelas religiosas son establecidas por grupos religiosos nacionales o por grupos religiosos de provincias, regiones autónomas y municipalidades directamente gobernadas. Otras organizaciones o individuos no deben establecer escuelas religiosas».
“Hasta ahora, para escapar de la persecución gubernamental, nos hemos mudado cinco veces desde el año 2012. El verano pasado, el Gobierno nos descubrió el primer día de clases y nos clausuró. Tuvimos que abandonar el centro de enseñanza que acabábamos de renovar a un costo de casi 100 000 yuanes [aproximadamente 15 000 dólares]”, afirmó el administrador de la Escuela Colina de Vainilla. «En la actualidad y por razones de seguridad siempre cerramos la puerta con llave durante las clases y organizamos para que personas hagan guardia frente a la puerta».
«Si quedara un estudiante en nuestra escuela, debería ser mi hijo», afirmó uno de los padres. “Este camino difiere del camino de las personas que viven alrededor del mundo. Estamos mentalmente preparados para ser perseguidos en cualquier momento».
“Mientras quede un niño, seguiremos haciendo funcionar la escuela”, añadió el pastor.
En China existen más escuelas que, al igual que la Escuela Colina de Vainilla, están siendo perseguidas. En marzo de 2018, una escuela establecida por una Iglesia doméstica de Sola Fide (Justificación por la fe) emplazada en el condado de Luyi de la ciudad de Zhoukou, en la provincia de Henán, también fue clausurada. Todas sus pertenencias fueron confiscadas, entre las mismas se incluían, computadoras, biblias, himnarios, y más de mil copias de materiales religiosos y de enseñanza. El administrador de la escuela sigue siendo acosado, y es amenazado por funcionarios para que no reabra las puertas de la escuela en secreto. Los funcionarios repiten que los niños solo deben asistir a escuelas administradas por el Gobierno «para que crean y pertenezcan al Partido una vez que lleguen a la mayoría de edad, a los 18 años».