Los teléfonos de los creyentes religiosos son supervisados exhaustivamente por las autoridades chinas, lo que a menudo resulta en arrestos y hostigamiento a largo plazo.
Hace tres años, Zhang Hong’en, un católico que reside en la ciudad de Linfen, en la provincia central de Shanxi, llamó por teléfono a una monja del mismo pueblo y le preguntó sobre los procedimientos necesarios para adoptar un huérfano. Recién en el momento en el que logró la conexión para realizar dicha llamada telefónica se dio cuenta de que la monja en cuestión estaba haciendo negocios en el extranjero, por lo que colgó el teléfono inmediatamente.
Inesperadamente, a la mañana siguiente, dos oficiales de la estación de policía local irrumpieron en el hogar de Zhang Hong’en y le preguntaron con quién se estaba contactando cuando llamó al exterior el día anterior. A pesar de que Zhang Hong’en respondió con sinceridad, los oficiales no lo dejaron en paz. Luego de la llamada telefónica, Zhang Hong’en se convirtió en un objetivo clave de vigilancia para el Gobierno. Incluso en la actualidad, algunos días, a menudo durante las vacaciones, la policía se dirige al hogar de Zhang para interrogarlo y acosarlo. Zhang Hong’en le dijo a nuestro reportero: «¡Desde esos días he soportado hasta lo indecible!»
Según Zhang, cada vez que el Estado convoca a una reunión importante (como el 19º Congreso Nacional del Partido Comunista Chino (PCCh) en octubre de 2017 o las sesiones del Congreso Nacional del Pueblo y el Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino en marzo de 2018), oficiales de la estación de policía local aparecen en su casa. Los mismos verifican su paradero, le preguntan sobre la situación de otros creyentes católicos que conoce y lo graban en video por la fuerza.
Otra persona que enfrenta la misma situación que Zhang Hong’en es Lin Jianghua, un predicador de una Iglesia protestante de las Tres Autonomías controlada por el Gobierno y emplazada en la ciudad de Yantai, en la provincia costera oriental de Shandong. A fines de abril de 2018, Lin Jianghua se puso en contacto con un pastor de Hong Kong y solicitó viajar allí para participar en actividades religiosas. Como consecuencia de ello, fue puesto bajo vigilancia por la Brigada de Seguridad Nacional local. A principios de mayo, Lin Jianghua recibió una llamada del Departamento de Asuntos Religiosos local, en la que le preguntaban sobre su relación con el pastor de Hong Kong, así como la razón por la cual se conocían. El Departamento de Asuntos Religiosos lo amenazó diciendo: “En la actualidad, la situación doméstica no es buena. Teniendo en cuenta tu identidad, no puedes viajar al extranjero. Si lo haces, el destino de la Iglesia será incierto. Cuando regreses, el Gobierno te invitará a ‘tomar un té’ (un eufemismo equivalente a ser convocado por las autoridades para ser sometido a un interrogatorio y coaccionado)». Finalmente, Lin Jianghua se vio obligado a renunciar a sus planes de viajar a Hong Kong.
Es sabido que, para evitar ser arrestados debido a las vigilancias telefónicas, algunos cristianos de Iglesias domésticas frecuentemente utilizan palabras clave cuando hablan por teléfono. De hecho, ni siquiera se atreven a utilizar el teléfono para ponerse en contacto con otros miembros de la Iglesia, evitando involucrarse mutuamente. Aun así, es posible que sigan siendo vigilados y que sean arrestados por el PCCh. En septiembre de este año, cuando Zhang Mei, miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso, fue arrestada por el PCCh en la ciudad de Hangzhou, en la provincia oriental costera de Zhejiang, la policía le dijo explícitamente que la habían atrapado porque habían supervisado el contenido de sus llamadas. Le dijeron: «¿Crees que no nos damos cuenta de que cuando realizas llamadas telefónicas utilizas palabras en código?»
Un cristiano que estudia en un colegio de teología en la ciudad de Harbin, en la provincia nororiental de Heilongjiang, le dijo al reportero que esta situación —en la cual el PCCh supervisa los teléfonos para arrestar a cristianos— nunca ha cesado. No obstante, este año es aún más severa. En los seminarios teológicos, los profesores les advierten de manera directa a sus estudiantes que no publiquen mensajes al azar en sus «Momentos» (similar a Noticias de Facebook), porque sus teléfonos y computadoras son monitoreados por las autoridades. Tan pronto como se publique cualquier contenido político, es probable que surjan problemas. En los Momentos de WeChat, solo se pueden decir cosas como «Que Dios bendiga a China». Los profesores también les advierten a los estudiantes que tengan cuidado con los que los rodean, ya que cualquiera de ellos podría ser un espía del PCCh, y nadie sabe quién podría haber sido sobornado con dinero y explotado por el PCCh.
(Todos los nombres en este artículo son seudónimos)
Informado por Feng Gang