Las autoridades de algunas ciudades de la provincia de Hebei pusieron en marcha campañas especiales a principios de este año para acabar con las Iglesias que no formasen parte de la organización católica controlada por el Gobierno, cerrar lugares de culto y detener a miembros del clero.
En la provincia de Hebei, al norte de China, se encuentra la comunidad católica más grande del país. Dicha comunidad vive bajo el ataque incesante de las autoridades chinas. Al contrario de lo que se esperaba, el acuerdo provisional alcanzado entre China y el Vaticano el 22 de septiembre pasado no ha aliviado las dificultades de los católicos en la provincia. Según las últimas informaciones recibidas, cuatro sacerdotes fueron detenidos por negarse a formar parte de la Asociación Patriótica Católica aprobada por el Gobierno y hay operaciones en marcha contra las Iglesias clandestinas.
Según un documento emitido por el Departamento de Propaganda en la ciudad de Handan, provincia de Hebei, a mediados de julio se inició una campaña de tres meses contra las Iglesias clandestinas. Con el objetivo de “mejorar la gobernanza religiosa”, en el documento se explica que se debe controlar por completo el desarrollo del catolicismo clandestino y del cristianismo.
En el documento también se exige que las autoridades de todos los distritos, pueblos y aldeas redoblen esfuerzos en materia de inteligencia para recabar información que permita luchar contra las creencias religiosas. Todos los departamentos del gobierno recibieron instrucciones para llevar a cabo investigaciones en profundidad de las actividades religiosas bajo su jurisdicción, oponerse a grupos religiosos extranjeros y mejorar la educación y la “transformación mediante el trabajo” con los miembros de la Iglesia católica clandestina.
Poco después de la publicación del documento, las autoridades de uno de los pueblos de Handan citaron a los líderes de todas las Iglesias y les informaron que tenían prohibido organizar actividades religiosas en sus lugares de culto. Si no obedecían la orden estarían violando la ley. Además, a los miembros del clero se les prohibió predicar fuera de la provincia, salvo que obtuviesen un permiso especial.
Otras ciudades de la provincia han implementado campañas de represión similares. Un miembro de una Iglesia clandestina de la ciudad de Xingtai explicó que el Buró de Asuntos Religiosos local intentó obligar al sacerdote de su Iglesia en varias ocasiones a unirse a la Asociación Patriótica Católica controlada por el gobierno. Como se negó, dos agentes de la policía local irrumpieron en la iglesia durante una misa en septiembre para detener al sacerdote. Logró escapar con ayuda de los miembros de la Iglesia, sin embargo las autoridades cerraron la iglesia poco después.
Según los miembros de la congregación de una Iglesia clandestina del distrito de Gaocheng, en Shijiazhuang, su sacerdote también ha sido presionado para unirse a la Asociación Patriótica. El último día del verano, los funcionarios locales, acompañados por agentes de policía, fueron a la iglesia y ordenaron al sacerdote que fuera a la Oficina de Asuntos Religiosos para procesar su documentación y convertirse en miembro de la Iglesia católica aprobada por el Gobierno. De lo contrario, cerrarían la iglesia y le retirarían sus credenciales para predicar.
Información de Shen Xiang