Un nuevo documento aclara la posición oficial de la Santa Sede sobre la controvertida cuestión de si los sacerdotes y obispos católicos «pueden» o «deberían» unirse a la asociación controlada por el Partido Comunista Chino (PCCh).
por Massimo Introvigne
El 28 de junio, el Vaticano emitió nuevas directrices en italiano, inglés y chino, tratando de resolver la confusa situación de la iglesia católica en China. Hasta la firma del acuerdo entre el Vaticano y China del 2018, a todos los efectos prácticos, coexistían en China dos iglesias católicas: la Iglesia Católica Clandestina, leal al Vaticano, y la Iglesia Patriótica Católica, también conocida como Asociación Patriótica, controlada por el PCCh. Algunas diócesis compartían el mismo obispo, y algunos académicos católicos creían que en realidad se trataba de dos ramas de la misma iglesia. No obstante, desde el punto de vista sociológico, eran dos entidades diferentes.
Tras el acuerdo del 2018, al menos según el Vaticano, ya no existe una Iglesia Católica Clandestina separada. No obstante, lo que ciertamente existe en China es la presencia de (ex) sacerdotes y obispos católicos «clandestinos» que se niegan a unirse a la Asociación Patriótica. El Partido Comunista ha seguido persiguiéndolos, afirmando que ahora son desleales tanto con respecto al PCCh como al Vaticano.
El Vaticano ahora ha aclarado que los obispos y sacerdotes católicos que una vez pertenecieron a la Iglesia Clandestina pueden unirse a la Iglesia Patriótica, pero la Santa Sede no los obliga a hacerlo.
El documento establece que, en primer lugar, «la Santa Sede entiende y respeta la elección de aquellos que, en conciencia, deciden que no pueden registrarse [como miembros de la Asociación Patriótica] bajo las condiciones actuales. La Santa Sede permanece a su lado y le pide al Señor que los ayude a salvaguardar la comunión con sus hermanos y hermanas en la fe, incluso ante las pruebas que cada uno tendrá que afrontar». El Vaticano no sugiere que los obispos y sacerdotes permanezcan fuera de la Asociación Patriótica. No obstante, aquellos que «en conciencia» tomen esta decisión tampoco serán rechazados por el Vaticano.
Por otra parte, el documento aclara que los sacerdotes y obispos pueden unirse a la Asociación Patriótica. No obstante, deben leer cuidadosamente la declaración que se les pide que firmen. «Si un obispo o un sacerdote decide inscribirse civilmente, pero el texto de la declaración requerida para el registro no parece respetuoso de la fe católica, deberá especificar por escrito, al firmarlo, que actúa sin dejar de cumplir con su deber de permanecer fiel a los principios de la doctrina católica. Cuando no sea posible hacer tal aclaración por escrito, el solicitante lo hará al menos oralmente y, de ser posible, en presencia de un testigo». En la práctica, esto significa que el sacerdote o el obispo en cuestión pueden firmar una declaración que es teóricamente objetable desde el punto de vista de la fe católica, pero deben hacerlo añadiendo por escrito o al menos oralmente que, no obstante, tienen la intención de permanecer «fieles a la doctrina católica».
El futuro dirá si estas directrices resolverán todos los problemas. La posición del Vaticano es bastante clara. Los católicos chinos no deben considerar a los que se unen a la Asociación Patriótica como desleales al Vaticano, ya que el Vaticano ahora les permite unirse, aunque declarando que desean permanecer fieles a las enseñanzas católicas en todos los aspectos. Y, a su vez, los católicos chinos que se han unido a la Asociación Patriótica no deben considerar que los que se negaron a unirse son desleales a la Santa Sede, y de hecho, deben «respetar» su elección.