A lo largo de toda China, como parte de la campaña contra la pornografía y las publicaciones ilegales, algunos bestsellers son retirados de las estanterías y reemplazados por libros que alaban al PCCh.
por Ye Ling
En octubre del año pasado, en medio de la campaña nacional tendiente a «eliminar la pornografía y las publicaciones ilegales«, el Ministerio de Educación de China exigió eliminar los libros «ilegales» e «inapropiados», que habían sido considerados «perjudiciales» para los niños, de las bibliotecas de las escuelas primarias y secundarias de todo el país.
Según un informe elaborado por la agencia de noticias oficial del Gobierno chino, Xinhua, publicado el 16 de julio, la oficina nacional encargada de «eliminar la pornografía y las publicaciones ilegales» notificó sobre la campaña especial tendiente a «proteger a los jóvenes en el año 2020». En el mismo se afirma que durante el primer semestre de este año se incautaron más de 132 000 libros infantiles ilegales y nocivos a lo largo de todo el país.
En medio de esta campaña, numerosos libros amados por los niños chinos fueron catalogados como «publicaciones ilegales y dañinas» y retirados de las estanterías. Entre ellos se encontraba Daddy in the Pocket (Papá en el bolsillo), una serie de cuentos de hadas escritos por Yang Peng, un famoso escritor y el primero de China en obtener un contrato de escritor con Disney. En más de diez años se han vendido más de siete millones de copias de este libro en chino.
Un maestro de escuela primaria procedente de la ciudad de Fuqing, en la provincia suroriental de Fujian, le reenvió a Bitter Winter un aviso urgente emitido por la Agencia de Educación que arroja algo de luz sobre las razones ocultas detrás de estas purgas. La Agencia afirma que Daddy in the Pocket (Papá en el bolsillo) y otros libros, tales como Naughty Boy Ma Xiaotiao (El desobediente Ma Xiaotiao), escrito por Yang Hongying, otro famoso autor de libros para niños, forman una «perspectiva inadecuada de la vida, los valores y el mundo» y contienen contenido inapropiado con «descripciones detalladas que inducen a los menores a suicidarse».
La experiencia escolar de Mi Xiaoquan, un conjunto de historias de la serie Mi Xiaoquan basadas en los diarios de un estudiante de primaria, está prohibido porque el protagonista «les pone apodos a sus compañeros de clase y tiene muchos malos hábitos». No obstante, en el año 2018, el mismo fue seleccionado por la Administración Nacional de Prensa y Publicaciones de China como una de las cien lecturas destacadas recomendadas para los jóvenes.
Según informes de medios de comunicación de China continental, algunos padres creen que este libro es bastante divertido e interesante, y que a sus hijos les gusta mucho. Los padres no encontraron ningún contenido aparentemente dañino cuando leyeron los libros con sus hijos.
Otros dos libros infantiles también fueron prohibidos y retirados de las estanterías en algunos lugares por contener «pornografía y violencia». Se trata de Bronce y Girasol, una novela escrita por Cao Wenxuan, el primer autor chino en recibir el premio Hans Christian Andersen en el año 2016, y El sueño del rey lobo, un libro escrito por Shen Shixi que ganó el cuarto Premio de Literatura Infantil Yang Huan en Taiwán.
An Wulin, crítico y escritor de literatura infantil, cree que es irresponsable descartar un libro basándose en uno o dos detalles. El mismo piensa que, si se aplicaran los mismos criterios, las cuatro novelas clásicas de la literatura china —Sueño en el pabellón rojo, Romance de los Tres Reinos, A la orilla del agua, Viaje al Oeste o Peregrinación al Oeste— y los cuentos de hadas de los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen también deberían ser retirados de las estanterías.
Un maestro procedente de la ciudad de Fuqing le dijo a Bitter Winter que el Partido Comunista Chino (PCCh) afirma que tales prohibiciones de libros tienen como objetivo «proteger las mentes de los niños de la contaminación y el daño y ayudarlos a formar una perspectiva adecuada de la vida, los valores y el mundo». El maestro piensa que estas restricciones impiden que los niños elijan libremente qué leer y frenan el desarrollo de su autonomía. «La forma correcta de cultivar las actitudes de los niños no es mediante severas restricciones», cree el maestro. «Es mejor guiarlos para que distingan el bien y el mal, lo positivo y lo negativo, lo blanco y lo negro, y que tengan una actitud adecuada hacia lo que leen. El PCCh eligió este camino para engañar a la gente. Su objetivo es convertir a la próxima generación en personas que sigan y respeten al Partido como si fuera lo más importante, sin tener una búsqueda o creencia propia».
Mientras prohibía y purgaba los bestsellers infantiles, la Agencia de Educación de la ciudad de Fuqing puso en marcha una actividad de redacción de ensayos titulada «Leer un buen libro durante las vacaciones de verano». La Agencia proporciona una lista de «buenos libros» recomendados, en los que Abrazos transparentes, una colección de poemas infantiles sobre «cómo derrotar a la epidemia» es el número uno para 1° y 2° grado de escuelas primarias. El prefacio de los poemas afirma que están «colmados de confianza y determinación para ganar la batalla contra la epidemia» y representan «la tenacidad del carácter nacional». Uno de los poemas, Un nombre que no debe ser insultado, ataca el artículo titulado China is the real sick man of Asia (China es el verdadero enfermo de Asia), publicado en The Wall Street Journal el 3 de febrero, en el que se afirma que «la conciencia de los medios de comunicación ha sido quebrantada».
El aviso emitido por la Agencia de Educación de la ciudad de Fuqing, en el que se invita a los niños a «leer un buen libro» (proporcionado por una fuente interna).
“Al publicitar a ‘la gran potencia que derrotó a la epidemia’, quieren enseñarles a los estudiantes cómo sacrificarse por el Partido”, comentó un padre procedente de Fuqing que no está de acuerdo con tales políticas educativas.
Otra madre expresó su preocupación de que, tras ser adoctrinados con tales contenidos durante mucho tiempo, los niños formen una perspectiva retorcida de que los que critican a China y al Partido Comunista son todos enemigos y se vuelvan hostiles hacia ellos.