Hace poco, una cristiana de Gongyi, ciudad de la provincia de Henán, fue detenida y torturada para obtener información.
El 22 de junio, la policía detuvo a Liu Chunmei (seudónimo) en su casa en la ciudad de Gongyi (Henán). Permaneció detenida casi 20 días, durante los cuales la policía la torturó sin piedad.
El interrogatorio inicial resultó infructuoso y la Sra. Liu fue trasladada a una sala sin cámaras de video. Allí, los agentes la tiraron del pelo y la patearon en la espalda. Uno de los agentes, de unos cuarenta años, la golpeó en múltiples ocasiones en el pecho, por lo que poco después comenzó a respirar con dificultad. El oficial le dijo: “Si todos creyeran en Dios, ¿quién creería en el Partido Comunista? Por eso es que el Estado está identificando a los creyentes. Tienes prohibido creer”.
A pesar de las torturas, la Sra. Liu siguió sin revelar información. Otro agente la golpeó con su cinturón en el rostro, los brazos y las piernas. Terminó con el cuerpo hinchado y adolorido, no se le permitió dormir, comer ni beber.
El 8 de julio, las autoridades liberaron a la Sra. Liu, pero su libertad no era tal, ya que al llegar a casa se encontró con un dispositivo de rastreo instalado en su bicicleta. Los cuadros de la aldea y oficiales vestidos de civil siguen vigilándola las 24 horas del día.
Informado por Jiang Tao