Una vendedora de libros de Fujian tuvo que pagar 100 000 yuanes en concepto de multas por vender material religioso en línea.
por Lin Yijiang
A finales de marzo de este año, las autoridades chinas han prohibido las ventas en línea de cualquier clase de material de lectura cristiano, incluida la Santa Biblia. Dichos libros también han sido quitados de las estanterías de las tiendas físicas. La persecución de los vendedores de libros había comenzado incluso antes de que entrara en vigor tal prohibición.
Ese mes, aproximadamente 20 funcionarios de la ciudad de Ningde, en la provincia de Fujian, se presentaron en la residencia de Liu Xing (seudónimo). Como propietaria de una librería, sus credenciales estaban en orden, pero las autoridades igualmente llevaron a cabo un allanamiento. Su computadora y varios libros religiosos encontrados en su hogar fueron confiscados.
Posteriormente, la acusaron de «vender ilegalmente materiales internos” y la escoltaron hasta el departamento de Asuntos Culturales local para someterla a un interrogatorio. Le preguntaron repetidamente sobre las ventas de Biblias, de dónde provinieron las mismas, por qué las vendía, si estuvo en contacto con alguna iglesia, etc.
Fue amenazada para que no vendiera materiales religiosos en el futuro y la obligaron a firmar documentos de más de mil páginas. Meses más tarde, en julio, fue acusada de «llevar a cabo operaciones comerciales ilegales» y multada con una suma de 100 000 yuanes o 15 000 dólares por vender Biblias en línea.