Las autoridades chinas están obligando al pueblo a adorar a su líder y al Partido en vez de a Dios.
Una mujer de una familia uigur de la ciudad de Kashgar, en Sinkiang, contó recientemente a Bitter Winter que las autoridades habían instado a numerosas familias como la suya a colocar un retrato de Xi Jinping en su casa.
Contó: “Nos dijeron que adorásemos a Xi Jinping durante la fiesta del Eid al Adhà (la fiesta musulmana del sacrificio). Dijeron que si no lo hacíamos, nos pondrían una multa”.
Su marido añadió: “Ahora nos da miedo adorar a Dios. Arrestan a los que le adoran y los envían a campos de ‘transformación a través de la educación’. Han arrestado a casi todos los de nuestro pueblo”.
Según las costumbres sociales y las creencias religiosas uigures, ellos no colocan pósteres pareados. Sin embargo, para sojuzgar incluso esta creencia, el PCCh está obligando a poner pósteres en todas las casas. Al que no obedece se le considera sospechoso y o bien le internan en un campo o bien le imponen una multa.
En la ciudad de Tumshuq, en Sinkiang, se está obligando a los hogares uigures a colocar la bandera china en el tejado para demostrar su apoyo al Partido Comunista. En la ceremonia semanal de izado de la bandera, se obliga a los habitantes a prometer lealtad al Partido, al presidente Xi y a China. A quien no recita la promesa le envían a un campo por tener “problemas ideológicos”.
Mientras, en la ciudad de Shihezi, han amenazado a las personas para que no crean en Dios si no quieren ser considerados “hipócritas”. Obligan a los habitantes de los pueblos a firmar varios documentos con directrices enviados por sus mandos del Partido. “Si no firmas, cancelaremos todas las prestaciones y afectará al trabajo de tus hijos”, les dicen a los habitantes de los pueblos.
Informado por Li Zaili