Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
El coadjutor del fallecido obispo de Tianjin es amenazado con la anulación de sus derechos episcopales si no se une a la Asociación Patriótica Católica China (APCC).
El Partido Comunista Chino (PCCh) continúa apoderándose de lugares de culto, y amenazando a las congregaciones con demoler sus edificios si se rehúsan. Aquí presentamos testimonios procedentes de Jiangxi, Liaoning y Shaanxi.
Su nueva investigación detalla (citando ampliamente a Bitter Winter) el intento de suprimir la transmisión de la identidad religiosa y cultural de un pueblo a través de la desintegración de familias.
Las autoridades de la ciudad de Xingyang, dispuestas a demostrarles a sus superiores su entusiasmo por reprimir a las religiones, destruyeron numerosos lugares de culto pertenecientes a la religión cristiana y popular.
El Partido Comunista Chino (PCCh) está implementando un plan sistemático para eliminar la fe y las costumbres de los musulmanes de etnia hui, ya que sus edificios son sometidos a «renovaciones» para despojarlos de los símbolos relacionados con el Islam.
La Sra. O Myung-ok, la notoria activista antisectaria y adepta al Partido Comunista Chino (PCCh) procedente de Corea, ataca la conferencia del 20 de junio organizada por Bitter Winter y afirma que el Islam «no es una de las principales religiones del mundo».
Creyentes de testigos de Jehová de la provincia de Shandong comparten su experiencia sobre cómo evitan ser identificados como religiosos y evaden la persecución mientras practican su fe.
Un lugar de adoración en la ciudad de Taiyuan fue cerrado por la fuerza por “perturbar el orden público”, y los miembros de su congregación fueron llevados para ser interrogados.
Para asegurarse de que las congregaciones no tengan medios para reabrir los lugares de culto que han sido clausurados, el Partido Comunista Chino (PCCh) está confiscando sus bienes y quemando biblias y símbolos religiosos.
Las autoridades continúan acosando a los propietarios de tiendas y restaurantes de etnia han, exigiéndoles la participación en medidas «antiterroristas» dirigidas a sus compatriotas musulmanes.
Con el aumento de la vigilancia llevada a cabo por agentes encubiertos en iglesias aprobadas por el Estado, los feligreses deben actuar con precaución para evitar ser implicados y reprimidos.
Su carta del 3 de abril, invocando sanciones selectivas contra funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh), aún no ha recibido respuesta. En el aniversario de la masacre de Ürümqi, vuelven a alzar la voz.
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