Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
En China, los empleadores están exigiendo que los trabajadores firmen compromisos de «no tener fe», o de lo contrario, corren riesgo de perder sus empleos y sus medios de subsistencia.
En una descarada jugada por dinero, las autoridades declararon inhabitable todo un vecindario y organizaron la destrucción de las casas, a pesar de las súplicas de los residentes.
China adopta una táctica de regreso al futuro, reintroduciendo los sistemas de sonido de la era de la Revolución Cultural para emitir de manera constante propaganda del Partido Comunista.
En la actualidad, las funciones de la Oficina 610 y del «Grupo líder central anti-xie jiao» están siendo absorbidas por la Comisión Central de Asuntos Políticos y Legales del PCCh, así como también por el Ministerio de Seguridad Pública.
Iglesias controladas por el Gobierno ofrecen libros sobre la «Revolución Roja», biografías de líderes y otras obras seculares para promover la «sinización» de la religión.
Aparentemente, no hay suficientes policías como para vigilar a la religión en todo momento y en todo lugar. Por lo tanto, China utiliza a ancianas, a empleados públicos, o a personas desempleadas para que espíen a sus vecinos.
Las autoridades están utilizando la ofensiva contra edificios ilegales como un pretexto para lanzar una campaña tendiente a demoler por la fuerza sitios religiosos.
Las autoridades chinas ofrecen lo banal como una alternativa a lo sublime, ya que bailes tradicionales y baratijas son todo lo que el Partido puede ofrecer para satisfacer los deseos de los ciudadanos.
En China, las autoridades locales implementan las órdenes procedentes del Gobierno central de reducir la cantidad de creyentes mediante la clausura de iglesias aprobadas por el Estado.
Simplemente a causa de su fe, los creyentes están perdiendo sus libertades y sus familias.
La persecución religiosa llevada a cabo por China se extiende a todas las religiones sin discriminación.
No solo los musulmanes de Sinkiang son perseguidos. China reprime a musulmanes que se encuentran cerca de Pekín, ataca a una mezquita para mujeres y los fieles deben esconder sus amados libros.
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