Dos templos emplazados en Shanxi fueron reprimidos: las autoridades han tomado el control total de uno de ellos, mientras que el otro fue convertido en ruinas, y un lama fue arrestado.
por Zhang Feng
En el año que marca el 60 (sesenta) aniversario de la batalla de Lhasa que acabó brutalmente con la autonomía del Tíbet y obligó al Dalai Lama a exiliarse, la represión del budismo tibetano está en pleno vigor. Otros dos templos emplazados en la provincia norteña de Shanxi sucumbieron a la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh).
El templo solo permanece en el nombre
El Templo de Jixiang (traducido literalmente como Templo Auspicioso”) se encuentra situado en el monte de Wutai (también conocido como monte de Qingliang, o por su nombre chino Wutaishan) en Xinzhou, una ciudad de la provincia norteña de Shanxi. En el año 2009, la montaña fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y es una de las cuatro montañas sagradas del budismo chino y hogar de los monasterios y templos más importantes de China.
También conocido como Puente de Qingliang, el Templo de Jixiang fue originalmente construido durante el reinado de la dinastía Tang (618-907) y se expandió con el transcurso de los años, agregando más edificios. Guru Nenghai ((能海上師, 1886-1967) , un eminente monje budista, una vez estableció allí un lugar para realizar ritos tántricos, promovió el budismo tibetano, y cultivó a numerosos monjes ilustres.
Según fuentes locales bien informadas, a partir del mes de marzo, se destinaron oficiales de policía al Templo de Jixiang, impidiendo que los lamas viajaran, realizaran actividades religiosas o se reunieran con los budistas que residían fuera del templo. Anteriormente, se habían instalado más de 70 cámaras de vigilancia en el mismo. Cada peregrino o turista que visita el templo debe tener su información de identificación registrada y debe pasar por un interrogatorio a manos de la policía.
En la entrada del templo se ha colocado un cartel con la leyenda: «Templo en mantenimiento; no se permite el ingreso» y no se ven turistas por ninguna parte. Pero, en realidad, hace mucho tiempo que se ordenó la detención de los trabajos de mantenimiento en el templo.
Otra fuente que solicitó permanecer en el anonimato reveló que el Gobierno local reiteradamente emitió órdenes, prohibiendo que los templos reciban lamas procedentes de otras áreas debido al enfoque actual tendiente a la represión del budismo tibetano. Si un lama viene a buscar refugio, deberá ser llevado a la Agencia de Asuntos Religiosos del condado para ser investigado/a. Los funcionarios también amenazaron a los budistas con revocar el certificado de registro de lugar religioso del templo si no obedecen las regulaciones.
Según la fuente en cuestión, el Gobierno quiere investigar a todos los lamas procedentes del Tíbet que han llegado al área para difundir el budismo, debido a su temor a la independencia tibetana y a la influencia del Dalai Lama.
La policía lleva a un lama arrestado y esposado a presenciar la demolición de un templo
Durante el invierno, otro templo emplazado en el condado de Wutai fue demolido por la fuerza. Un lama fue arrestado, mientras otros creyentes y maestros fueron dispersados.
Según un aldeano, el nombre del lama arrestado es Kabpa. Procedente de la prefectura autónoma tibetana de Ganzi, en la provincia suroriental de Sichuan, ha vivido en el condado de Wutai durante más de 20 años.
Un testigo presencial afirmó que tres días después de la detención de Kabpa, el Gobierno local envió a aproximadamente 200 personas, entre ellas policías armados y bomberos, para que demolieran los 16 edificios del templo. Oficiales de policía escoltaron a Kabpa, esposado y con grilletes en sus pies, hasta el lugar donde estaban sucediendo los hechos, y el mismo no pudo dejar de llorar mientras veía cómo el templo era demolido.
Luego de que el templo fuera convertido en ruinas, el lama fue detenido, y se desconoce su paradero actual. Algunos aldeanos dicen que fue enviado de regreso a la prefectura de Ganzi, otros dicen que se encuentra detenido en Xinzhou.
Los residentes afirman que, en el año 2015, oficiales de la policía local comenzaron a frecuentar la aldea donde se encontraba situado el templo. A pesar de que afirmaban estar trabajando para «mantener el orden público», en realidad buscaban lamas o monjes visitantes. En ocasiones, los oficiales estaban fuertemente armados y acompañados por perros. Aldeanos afirmaron que si descubrían un maestro/a o monje/a procedente de fuera del poblado, lo enviaban de regreso a su lugar de origen, sellaban la unidad de vivienda que alquilaba, y le imponían una multa al arrendador de la misma.