Los musulmanes que residen fuera de Sinkiang enfrentan una creciente represión, ya que el PCCh elimina los símbolos de su fe, controla las mezquitas y está ejecutando un plan quinquenal para «sinizar» el islam.
por Wang Yichi
La represión de los musulmanes ya no se limita a la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, ya que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha extendido sus medidas represivas a otras partes de China. Los musulmanes de etnia hui que residen en la provincia central de Henán y en la noroccidental Región Autónoma Hui de Ningxia se ven especialmente afectados, ya que el Gobierno está implementando su plan quinquenal para «sinizar» a todos los musulmanes que se encuentran fuera de Sinkiang. Las mezquitas han sido sometidas a una estricta vigilancia, sus símbolos islámicos están siendo eliminados, la predicación de los imanes está siendo controlada y la escritura árabe está prohibida en los lugares públicos.
Mezquitas sometidas a una estricta supervisión
En el mes de abril, una sala de una escuela primaria perteneciente a la etnia hui emplazada en la aldea Xiguan del condado de Bo’ai, administrada por la ciudad de Jiaozuo de Henán, fue convertida en una oficina de asuntos policiales. La misma se encuentra situada a tan solo 20 metros de una mezquita de la aldea.
«Están vigilando la mezquita», explicó un musulmán local.
A fin de vigilarla mezquita, el Gobierno local ha asignado a 12 empleados de «brazalete rojo» para que efectúen patrullas diarias en dos turnos. Fuera de la mezquita, se han colocado tres carteles que dicen: «No se aceptan jamaats de ninguna parte en esta mezquita» (en este contexto, un jamaat se refiere a alguien que va por ahí promoviendo el islam); «Tres informes obligatorios: se debe denunciar a los extranjeros que se dedican a la predicación, a los jamaats y a las personas sospechosas»; «Tres No: el personal jamaat no debe ser invitado, no debe ser recibido y no se le debe permitir pasar la noche aquí».
En el mes de abril, tres musulmanes procedentes de la provincia norteña de Shanxi viajaron a la ciudad de Jiaozuo de Henán para comprar un automóvil. Una noche se dirigieron a una mezquita emplazada en la aldea de Xiguan para rezar, pero fueron inmediatamente interrogados por funcionarios gubernamentales.
«El Gobierno no permite que los musulmanes se visiten entre sí ni se comuniquen libremente», le dijo un musulmán a Bitter Winter, consternado a causa de la represión llevada a cabo por el Gobierno contra los musulmanes locales. El mismo añadió que las autoridades habían instalado más de 100 cámaras de vigilancia en la aldea Xiguan para vigilar a la comunidad hui.
Los imanes locales se expresan con gran cautela cuando predican, evitando ser castigados por decir algo incorrecto. Los mismos deben enviar los textos de sus sermones a la Agencia de Asuntos Religiosos para que sean revisados, y estos deben incluir temas relacionados con los «valores socialistas centrales», la «unidad étnica» y «el amor por la gran patria, el PCCh y la cultura china». Además, funcionarios visitan regularmente la mezquita para escuchar y grabar los sermones.
A los imanes visitantes se les ha prohibido asistir a la mezquita para impartir sermones. En el mes de julio, un imán procedente de otra región que había estado predicando en la ciudad de Luoyang de Henán durante nueve años fue obligado a regresar a su ciudad natal.
«No se trata solo del islam, en la actualidad, todas las religiones están siendo reprimidas. Si no obedeces al PCCh puedes ser fácilmente etiquetado como ‘antipartidario’ y ‘antipatriótico’ y considerado ‘no cooperativo con el Gobierno’», afirmó un musulmán procedente de la ciudad de Zhengzhou de Henán. Según él, el PCCh teme que, si la cantidad de creyentes aumenta, los mismos se conviertan en una fuerza que amenace su poder y derroque su régimen. «Debido a ello, trata de idear todos los medios posibles para reprimir a las personas de fe».
Símbolos islámicos retirados por la fuerza de las mezquitas
Entre junio y julio, tres mezquitas emplazadas en la ciudad de Guyuan de Ningxia fueron despojadas de sus estructuras de estilo islámico: la Gran Mezquita de Nanfang y la mezquita de la calle Jiulong, situadas en el distrito de Yuanzhou, y la Gran Mezquita de Shaanxi.
El Parque Cultural Chino de la Etnia Hui, una atracción turística nacional de nivel 4A emplazada en el condado de Yongning, administrado por Yinchuan, la capital de Ningxia, también perdió su esplendor como resultado de la campaña de «sinización».
Los símbolos de media luna y estrella que estaban situados sobre la cúpula de la entrada del área escénica fueron removidos y la escritura árabe que estaba grabada en el muro exterior fue cubierta con pintura azul. Incluso el restaurante étnico hui de la zona fue bloqueado con barricadas. Como resultado de la represión gubernamental, el área escénica ahora tiene muy pocos visitantes y el personal fue reducido de más de 200 empleados a tan solo seis.
Dentro del parque, el «Salón Ceremonial Dorado», donde las personas de etnia hui solían practicar su fe, ahora tiene prohibido organizar actividades religiosas. Según musulmanes locales, el salón habría sido demolido si no hubiera sido «sinizado».
«Los símbolos religiosos extranjeros no están permitidos en China», se quejó un musulmán local. «Si los 56 grupos étnicos se unifican, entonces no existirá ningún ‘grupo étnico’. No podemos hacer nada al respecto. En China, tienes que creer en el Partido Comunista».
La escritura árabe es eliminada
En el mes de agosto, las inscripciones en árabe de los letreros de al menos 250 tiendas emplazadas en la ciudad de Xinxiang de Henán fueron eliminadas bajo el pretexto de garantizar el «uso uniforme de la escritura china». Los símbolos halal que se hallaban impresos en los envases de alimentos también fueron prohibidos.
En el mes de julio, se eliminaron los escritos árabes de los letreros y menús de algunos restaurantes halal emplazados en las ciudades de Guangzhou y Qingyuan de la provincia sureña de Cantón. Los caracteres árabes que estaban grabados en los muros de los restaurantes y sus licencias de negocios de alimentos halal también fueron desechados.
«En la actualidad, no hay símbolos halal en los letreros pertenecientes a personas de etnia hui. La cultura islámica está desapareciendo lentamente de nuestra vista”, le dijo un cliente a Bitter Winter.