En el debate sobre el decepcionante informe relativo al Examen Periódico Universal, las ONG manifestaron su descontento. Algunos insistieron en el tema de la persecución religiosa.
Massimo Introvigne
Bitter Winter analizó el informe publicado el 15 de marzo por la troika conformada por Arabia Saudita, Kenia y Hungría sobre los derechos humanos en China para la Revisión Periódica Universal. El informe, como se esperaba, fue decepcionante. Sin embargo, no debe atribuírsele más importancia de la que realmente tiene. Los medios internacionales tienen claro que el informe se negocia políticamente y que, por motivos que ya explicamos, no se puede esperar que los tres países de la troika entreguen un documento realmente equilibrado. Lo más importante fue el debate en las Naciones Unidas relacionado con el Examen Periódico Universal de China, que duró varios meses y permitió que docenas de países y ONG presentaran documentos y dirigieran la atención internacional a la terrible situación de los derechos humanos en China.
La discusión general del 6 de noviembre de 2018 despertó mucho más interés entre los medios de comunicación que el informe, gracias, en parte, a la manifestación pública organizada fuera del Palacio de las Naciones en Ginebra por varias víctimas de la persecución china, entre ellas musulmanes uigures, budistas tibetanos y miembros de La Iglesia de Dios Todopoderoso. Es muy probable que el Partido Comunista Chino (PCCh) utilice el informe a su favor en China, pero el proceso que se siguió para redactarlo representó una oportunidad única para que las víctimas fuesen escuchadas.
Vale la pena destacar que pudieron hacerse comentarios sobre el informe el 15 de marzo. El viceministro de Relaciones Exteriores de China, Le Yucheng, se concentró en lo que podría calificarse de propaganda del Partido Comunista Chino, pues afirmó que los campamentos de “transformación por medio de educación” son en realidad “campus, no campos” y que “hace poco había visitado algunos centros uigures en Sinkiang, jugado tenis de mesa y comido comida halal allí”. Bitter Winter sabe que existen lugares así de sofisticados: son campamentos falsos, “aldeas de atrezo” a las que se lleva a visitantes extranjeros y periodistas. Le Yucheng afirmó que los campamentos se cerrarían en el futuro… pero olvidó decir cuándo.
Noruega merece un reconocimiento por alzar su voz y calificar de inadecuada y decepcionante la respuesta china a las críticas sobre los campamentos en Sinkiang. Varias ONG también criticaron a China en la discusión de Ginebra. De particular interés fue la intervención de Christine Mirre, de la ONG francesa CAP-LC acreditada por el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (su discurso está en el sitio web oficial de las Naciones Unidas, a partir del minuto 1:21:08, pero también lo ofrecemos como vídeo aparte).
“La situación de la libertad religiosa en China está empeorando, no mejorando”, explicó la Sra. Mirre. “Una nueva ley sobre asuntos religiosos entró en vigor en 2018 y hace que la represión de todos los grupos fuera de los cuerpos religiosos controlados por el Gobierno, incluidas las Iglesias domésticas protestantes, sea mucho más severa. A pesar del acuerdo firmado con la Santa Sede, los sacerdotes católicos que se niegan a unirse a la Asociación Patriótica controlada por el PCCh siguen siendo detenidos. Por otra parte, algunos grupos, como el Falun Gong o La Iglesia de Dios Todopoderoso, están totalmente prohibidos, lo que significa que sus miembros son perseguidos sin piedad: hay decenas de miles de detenidos, sentenciados simplemente por participar en un grupo prohibido, e incluso torturados y asesinados. Su persecución se justifica mediante campañas masivas de noticias falsas, que los acusan de delitos que no han cometido”.
“El alcance de las medidas de control del PCCh sobre el budismo tibetano sigue siendo intolerable y estatuas budistas y taoístas están siendo destruidas en toda China con diversos pretextos. Al menos un millón de uigures y otros musulmanes están detenidos en campamentos de ‘transformación por medio de educación’. Aunque el PCCh ha declarado que son ‘escuelas’, la revista Bitter Winter ha publicado videos que demuestran que realmente están encarcelados. La comunidad internacional ya no puede ignorar esta situación”, añadió la Sra. Mirre.