Las personas que realizan ofrendas y sacrificios o rezan para obtener bendiciones son castigadas como parte de la campaña implementada por las autoridades para «eliminar la superstición feudal».
por Zhang Feng
Para el ateo Partido Comunista Chino (PCCh), la religión siempre ha sido un vestigio de la «superstición feudal». Debido a ello, adoctrinan a las personas desde muy temprana edad, enseñándoles que las creencias religiosas son el resultado de «una baja productividad social y una ciencia subdesarrollada». Las ofrendas y los sacrificios son algo que el pueblo chino ha estado haciendo durante miles de años para sortear calamidades, al igual que las plegarias para obtener una buena cosecha o lluvia. Estas antiguas tradiciones populares e incluso el uso de la palabra laotianye, que significa dios o cielo, se están convirtiendo en algo vedado para el pueblo chino, y según el régimen comunista chino, deben ser suprimidos.
Castigado por rezar antes de un examen de ingreso a la universidad
Para muchos chinos, el examen de ingreso a la universidad nacional, conocido coloquialmente como gaokao, es uno de los días más importantes de sus vidas. Debido a su importancia, incluso los profesores, estudiantes y padres que no son religiosos a menudo oran para obtener bendiciones y ofrecen sacrificios en esta ocasión trascendental.
En el mes de junio, el director de una escuela secundaria emplazada en la ciudad de Yangquan, en la provincia norteña de Shanxi, invitó a estudiantes y maestros a rezar por el éxito de todos durante el gaokao. Algunas personas filmaron la escena y la publicaron en internet.
Pronto, el director de la Agencia de Educación local se presentó en la escuela para investigar el asunto y reprendió al director de la escuela por participar en una «superstición feudal». Le dijo al mismo que las escuelas son lugares para propagar la ciencia y cultivar seguidores leales del Partido Comunista, y lo máximo que se permite hacer es postrarse ante Confucio, no ante otros dioses. El director fue criticado en una notificación que circuló por toda la escuela.
Cuando se le preguntó sobre el incidente en la escuela, un presbítero local le comentó a Bitter Winter que el Gobierno había afirmado que, en la actualidad, todo lo relacionado con la religión es considerado superstición y debe ser eliminado. “La interpretación de superstición puede ser sumamente amplia: se puede creer en la reencarnación o en el karma o pensar que las almas existen. Durante la Revolución Cultural, todas estas creencias fueron consideradas ‘superstición feudal’ y ‘demonios de vacas y espíritus de serpiente’, y a causa de ello, podías ser denunciado y humillado en público”, explicó el hombre.
«No está permitido rezar para que llueva»
A principios de julio del año pasado, una aldea del poblado de Jiuwo, bajo la jurisdicción de la ciudad de Tangshan, en la provincia norteña de Hebei, sufría una severa sequía; durante casi un mes no había caído ni una sola gota de lluvia sobre los más de 3300 acres de tierras de cultivo de la aldea. El suelo estaba tan seco que se podía insertar un pie entero en las grietas.
La pérdida de la cosecha parecía ser inminente, y esta idea pesaba sobre los hombros de los agricultores. Al no tener otra alternativa, los aldeanos se reunieron para rezar para que lloviera. Siguiendo antiguas tradiciones populares, cientos de aldeanos se reunieron el 6 de julio para tocar gongs y tambores y arrodillarse juntos para rezar.
Para sorpresa de los agricultores, durante la tarde del día siguiente, varios funcionarios del Gobierno del poblado y oficiales de policía llegaron a la aldea para regañarlos, alegando que «rezar es una actividad supersticiosa» e ilegal. Se les prohibió volver a hacerlo.
“Hay más de 4000 personas, en su mayoría agricultores, pero el Gobierno no desea perforar un pozo ni nos conecta a una red eléctrica. Les hemos pedido esto muchas veces, pero nunca fuimos escuchados. ¿Qué tiene de malo rezar? ¡Se toma el dinero de los contribuyentes, pero no se hace nada bueno por el pueblo!”, protestó un aldeano que se hallaba presente en el lugar.
Para asegurarse de que los agricultores no volvieran a reunirse para rezar, algunos autos de policía permanecieron haciendo guardia en la orilla del río de la aldea hasta las 2 de la mañana.
A los miembros del PCCh se les dijo que se mantuvieran alejados de la superstición religiosa
“Originalmente pensé que la realización de ritos era una costumbre tradicional en el campo, y que no había problemas con eso. A través de la educación impartida por el Gobierno y mis propios estudios, he adquirido una comprensión más profunda sobre el tema de mi participación en ritos. Estoy dispuesto a aceptar cualquier castigo que el Gobierno me imponga”. Estas palabras son parte de una carta de autocrítica redactada por Leng Mengguang, médico y miembro del PCCh procedente de la aldea de Qianjiazhou, bajo la jurisdicción de la ciudad de Yiyang, en la provincia central de Hunan.
Se le exigió redactar la carta luego de que las autoridades locales se enteraran que había participado en una ceremonia de ritos; una antigua tradición popular también practicada por budistas y taoístas, que suele organizarse durante los funerales y otros eventos importantes, cuando las personas salmodian las escrituras y rezan. Quienes participan en tales actividades no necesariamente poseen creencias religiosas.
Desde el punto de vista del PCCh, Leng Mengguang demostró «‘deficiencia ideológica’, desviación de las normas de comportamiento y falta de firmeza en los ideales y convicciones, causándole un grave daño a la imagen del Partido».
Desde que el presidente Xi Jinping llegó al poder, las discrepancias ideológicas entre los miembros del Partido han sido especialmente investigadas. A los mismos no solo se les prohíbe tener creencias religiosas, sino que incluso la interpretación de sueños, las predicciones astrológicas o la práctica de fengshui –siendo el mismo un sistema de armonización de la vida de las personas con su entorno y energías utilizado en China durante más de 3000 años– han sido designados como «superstición feudal» prohibida para los miembros del PCCh. Como consecuencia de ello, numerosos miembros del Partido han sido sancionados.
A principios de junio, durante una reunión del Gobierno de un poblado de la provincia de Shanxi, a los miembros del Partido se les prohibió visitar lugares religiosos, y en lugar de ello, se les exigió visitar «bases revolucionarias rojas». El que desobedeciera tal orden sería disciplinado e incluso podría ser despedido.